Me levanté temprano porque hoy me marchaba de Koh Lipe. A las 9:00 salía la lancha rápida del puerto y intenté salir del hostal a las 8:15. Todavía me quedaba pagar el hostal, pero no había nadie en recepción. Esperé un rato y por fin sobre las 8:30 llegó alguien. Le pague y con las prisas se me olvidó a mi y al recepcionista entregar las llaves. Ya veré si al final me lo cobran de la tarjeta. Me fui andando por la playa para llegar al puerto y ahí arreglé mi ticket para la lancha rápida. De nuevo había que dejar la mochila grande con ellos ya que se encargaban de meterlas en la lancha. Esta vez iba a estar atento de mi mochila para que no me pasará como la última vez. Por número nos llamaron uno a uno para montarnos.
El camino fue de unas 3 horas y la lancha, como iba rápida sobre el agua, no paraba de moverse todo el tiempo. Una mujer empezó hasta a vomitar en el pasillo y el capitán tuvo que ir un poco más lento. La mujer se sentó atrás y de nuevo fuimos a toda velocidad. Aunque hubiera mucho ruido y movimientos, pude echar hasta una cabezada.
Al despertarme, ya casi estábamos llegando a Koh Lanta cuando me di cuenta que me había dejado ropa en el hostal de Koh Lipe. Había dejado el bañador y una camiseta tendido en el tendedero, pero por la mañana no me acordé de recogerlo. Necesitaba comprarme un bañador. Tras bajarme de la lancha, esperé que sacaran mi mochila. Cuando ya tuve mi mochila, intenté conseguir un grab pero no había en la isla. No me quedaba otra que coger un taxi. Después de coger el taxi, me enteré de que pagué el doble de lo que debería haber sido. Fui tonto, pero no tenía muchas ganas de negociar y seguía siendo barato.
Llegué al hostal pero todavía no era hora del check-in. Deje la maleta grande en el hostal y me fui a andar por la isla para buscar una tienda para comprarme un bañador. Tras entrar en varias tiendas, vi por fin un bañador que me estuviera bien y que me gustará. Me lo compré y volví al hostal ya que hacía mucha calor. Ya pude hacer el check-in y me senté al lado de la piscina con mi e-reader. Hoy hacía exactamente un mes que salí de España para empezar mi aventura por el mundo. Todavía no había sacado el e-reader para sentarme a leer. Hoy tenía ganas de estar tranquilo al lado de la piscina y leer. Allí me lleve varias horas tendido leyendo. A la hora de cenar me quedé en el hostal ya que vi que tenían buena comida. Por la noche se empezó a llenar el hostal de huéspedes en la sala común. El hostal organiza todas las noches actividades en el hostal. Pero la verdad es que no estaba yo muy a gusto. Me sentí un poco fuera de lugar. El hostal es bastante social y de fiesta y eso atrae gente más joven: alrededor los 20 a 25 años. Muchos chupitos, alcohol y porros (la marihuana está legalizada aquí en Tailandia). A mi me gusta una fiesta, pero esto son la gente joven que solo buscan a emborracharse y esa fase la he pasado yo ya más o menos. Aguanté un rato en la sala común, pero me recogí en la habitación.
Hasta ahora he visto en las dos islas que he visitado que son más de fiesta y gente joven. Tengo planeado de visitar varias islas más por aquí, pero estoy dudando si es ahora mismo lo que busco. Siendo honesto, me gustaba más los sitios en los cuales he estado anteriormente. Por la mañana/tarde haciendo algo cultural y por la noche cenar y si se encarta, tomar algo. Pero en las islas es más de playa y por la noche fiesta. Y playa ahora mismo no aguanto, porque el primer día ya me quemé la espalda.
No sé si ahora mismo estoy un poco más negativo y estoy menos abierto a conocer otra gente, pero uno de mis miedos sobre este viaje era mi edad. Tengo 37 años y hasta ahora no me había importado la edad hablando con otros. Pero aquí en las islas si lo estoy notando más. No por otras persona, es más por mi. Y tampoco pasa nada, ahora mismo estoy yo buscando otras cosas que una persona de 20 años. Puede ser que a lo mejor sea este sentimiento algo puntual. Por supuesto le voy a dar una oportunidad a esto, pero ya veré que pasa. Me recogí en la habitación y le pregunté a Roxanne si tenía ganas de charlar un rato. Me dijo que le gustaría y ahí nos llevamos varias horas charlando hasta que nos quedamos dormido.