Tras la noche de ayer, decidí tomar riendas al asunto y me apunté a un tour de snorkel. Me levanté temprano y desayuné en el hostal. A las 8:30 estaba la furgoneta preparada para recogernos. En Koh Lipe fuimos solo 4 personas en el tour. ¡Esta vez fuimos unas 25 personas! En la furgoneta vi muchas personas de las que había visto el día de ayer, pero no había hablados con ellos. Ahí empezamos a hablar todos mientras que llegábamos al puerto. Nos montamos en la lancha y yo me senté adelante pero abajo del toldo para que me diera la sombra. Por el mar me di cuenta que fue casi uno de los peores sitios. El agua salpicaba a mi y a los de alrededor mío. Al lado mía estaba sentado una pareja de Peru y empecé hablar con ellos. Cuando llegamos al sitio de hacer snorkel, estábamos ya todos mojados. Mi camiseta me la dejé puesta porque la espalda me dolía todavía de habérmela quemado con el sol hace unos días. Me tiré al agua y vi que no era igual que Koh Lipe. Aquí había mucho más profundidad y tenía un poco miedo de perder la cámara acuática. Hice algunas fotos y volví a la lancha para dejar la cámara y poder hacer snorkel más tranquilo. Pude ver de nuevo mucho coral, pero no tenía tanto color como Koh Lipe. Si habían peces más grandes ya que estábamos más alrededor de una pequeña isla en mar abierto.
Tras eso pusimos rumbo a otro sitio, donde de nuevo nos tiramos al mar para mirar el coral y los peces. Después de eso nos fuimos para una isla para almorzar. Allí nos pusieron una comida muy rica, que hasta repetí dos veces. Al lado mía había un chaval holandés con el cual estuve charlando también y me dio varias buenas recomendaciones de destinos que visitar en Tailandia.
Terminados de comer y un bañito, pusimos rumbo de nuevo al mar abierto. Allí visitamos otro sitio para hacer snorkel y por último fuimos a la cueva Emerald en la isla de Ko Muk. Esta parte fue la que más me gustó, ya que primero tuvimos que pasar nadando por una cueva hasta llegar al otro lado de la cueva: una playa dentro de la cueva. Aquí la cueva si estaba ya abierto desde arriba por lo que entraba el sol. Muy chulo estar ahí tras tener que pasar por dentro de una cueva a oscuras.
Tras esta última visita nos volvimos a Koh Lanta. Una vez en el hostal, salí con un grupo que habíamos formado durante el día a la playa para ver el atardecer. Estuvimos un rato en la playa viendo el atardecer y después nos fuimos todos a un restaurante en la playa para cenar. Después de cenar nos recogimos para el hostal. Esta noche tenían barra libre de dos horas tras pagar. Yo no tenía ganas de beber y me senté con el grupo con el que había estado durante el día. Poco a poco se fueron yendo la gente de la mesa y de repente se sentó una mujer al lado mía y empezó directamente hablar conmigo. Yo ya la había visto dando algunas vueltas por el bar y vi que estaba sola y un poco perdida. Me pareció valiente lo que hizo al sentarse conmigo y empezar una conversación. Estuvimos hablando un rato pero poco a poco se acabaron los temas de conversación ya que yo no estaba con muchas ganas. Me sentí mal por ella, pero tenía varias cosas en la cabeza y no estaba a gusto. Tras unos momentos de incomodidad, decidí despedirme de ella y irme a duchar. Tenía que pensar y hacer algo de autocrítica para ver que me estaba pasando. Me acosté sin saber todavía si quedarme una noche más aquí o irme a mi próximo destino.