Tras acostarme tarde, me sonó la alarma a las 06:30. Había encontratado un tour y a las 07:00 venían a recogerme. Estaba bastante cansado y hasta pensé en quedarme en la cama, pero ya había pagado y tenía ganas del tour.
En un minibús nos fuimos a nuestra primera parada: la cascada Wachirathan. Hay muchas cascadas por Tailandia, pero creo que es la primera que veo que es bastante grande. Eso es lo que pasa por no saber manejar una moto. Con moto podría explorar más sitios, pero no me quiero arriesgar a coger una moto por el momento. Hacía buen día y por la caída del agua en la cascada se podía ver hasta el arcoíris.

Después de la cascada nos fuimos a ver dos pagodas (rey y reina) que están en la montaña. Fue un momento bonito, ya que habían unas vistas espectaculares sobre el valle y las montañas. Me hizo echar de menos Andalucía. Esas vistas me recordaban a Ronda. Ronda es un sitio que me encanta por la paz que siempre me ha transmitido. Me puedo llevar horas sentado allí viendo el puente, las montañas y el valle. Pero esto no era Ronda, era Chiang Mai. Me senté en un banquito y disfruté de las vistas y del sol calentándome la cara.

Tras eso nos fuimos a visitar el punto más alto de Tailandia. Fue una sorpresa por dos razones. Primero me esperaba que fuera más alto: solo tiene 2565 metros de altura. Lo segundo fue que me esperaba unas vistas preciosas, pero estaba metido entre arboles y no se podían apreciar ningunas vistas. Nos fuimos de ahí y empezamos a hacer la ruta de senderismo. Serían dos horas de camino por el bosque. La primera hora fue de subida y era cómodo ya que también estábamos en la sombra. Subiendo estuve charlando con la gente del grupo. En el grupo eran varias parejas jóvenes y mayores y dos chavalas que viajaban solas igual que yo. Por el camino habían varios puntos con vistas espectaculares y pude hacer varias fotos. La segunda hora fue más bonita, porque era todo el tiempo pudiendo ver el valle de abajo. Desde aquí pudimos ver hasta las dos pagodas que vimos por la mañana. A lo último de la ruta me fui solo para adelante ya que tenía ganas de un ritmo más alto. Mi cuerpo me pedía algo de intensidad y tras terminar el sendero, me senté al sol con una pareja de Inglaterra. El chaval me dijo algo que me sorprendió y me hizo pensar posteriormente. No sé como llegó la conversación a eso, pero le comenté sobre el retiro de silencio que hice. Él me preguntó que si no lo había pasado mal ya que me él me veía una persona muy social y hablador. Me quedé sorprendido ya que nunca me habían dicho eso. Siempre he sido tímido y de pocas palabras. A lo mejor este viaje me está cambiando realmente y estoy demostrando más mi verdadero yo.

Tras la caminata, nos fuimos a almorzar. Después del almuerzo nos quedaba visitar un pequeño pueble de la montaña para ver como vivían allí. Me pareció muy hecho para los turistas y no me gustó mucho. Con eso finalizó el tour y volví después de hora y medio de camino al hostal.

Tenía ganas de seguir socializando y pregunté a Taylor si tenía ganas de salir. Mientras tanto estaba en la habitación y escuché hablando dos chavalas sobre el festival de flores que había ahora en Chiang Mai. Me metí en la conversación y al final una chavala me dijo que iba a ir ahora a verlo y si quería ir con ella. Me duché rápidamente y me fui con Adi a dar una vuelta por el festival. Ella es de Israel y como no, la conversación fue un poco hacia el conflicto actual de allí. A ella le ha afectado directamente, ya que ha perdido un ser querido cuando comenzó en octubre. Lo que más me sorprendió fue el miedo que tiene ahora mismo por su propia seguridad. Tiene miedo a que el resto del mundo les vean como los malos y le preocupa el antisemitismo que pueda haber en ciertos países (musulmanes).

El festival de flores fue bonito de ver. Con muchas luces, show de agua y por supuesto flores paseamos un rato por ahí. Después de verlo nos fuimos a cenar comida callejera. Tuvimos buen rollo charlando y nos fuimos posteriormente a dar una vuelta andando por la ciudad y buscar un sitio para tomar algo. Encontramos un bar con música en directo y jugamos un partido de billar. Le enseñé también el juego Jenga y jugamos varias rondas de eso. Pasamos un buen rato y nos fuimos a buscar otro sitio. No vimos nada interesante y seguimos andando por la ciudad de noche explorándola. Después de eso ya volvimos al hostal para recogernos. ¡Fue un día largo!