Hoy me levanté más tarde. Estaba cansado del día de ayer y me sentía regular. Mia y yo fuimos a buscar una panadería para desayunar. Encontramos un buen sitio y al final nos pusimos a desayunar dulces por la buena pinta que tenían. Compartimos una tarta de plátano y un hojaldre relleno de chocolate. Estuvimos hablando y llegamos a un tema de conversación donde ella tenía una opinión totalmente diferente a la mía. A mi me gusta las discusiones (siempre con respeto por supuesto), pero llegamos a un punto donde era mejor dejarlo porque no íbamos a llegar a ningún lado. Se nos fue la hora y Mickey nos estaba ya esperando para salir. Con Mickey fuimos a buscar un sitio para alquilar scooters. Alquilamos dos scooters de gasolina y la verdad que ya estaba cómodo y a gusto en la scooter.

Teníamos una hora de camino para visitar un parque con 100 estatuas de budas. El día estaba bastante caluroso y al llegar me pedí un smoothie para refrescarme. Entramos en el parque y efectivamente habían 100 estatuas de budas. Lo más bonito fue un templo redondo de tres plantas. De abajo a arriba las plantas representaban el infierno, la tierra y el cielo. Era complicado de entrar por la pequeña entrada y por dentro había que subir por escaleras muy estrechas. En cada planta se veía muchas figuras demostrando cada nivel. Subí al tejado y allí me senté en la sombra para disfrutar de las vistas sobre el parque. Delante de mí se sentó un hombre con dos niñas. El hombre haciendo fotos de sus niñas y yo intenté quitarme de ahí para que las niñas salieran solas en las fotos, pero él me dijo que quería las fotos conmigo y las niñas. Es raro, pero ocurre algunas veces.

Dimos varias vueltas por el parque y hicimos varias fotos. Una vez que terminamos de ver todo, decidimos de ir a buscar un sitio para comer. Vimos por internet un sitio típico de aquí: unas cabañas sobre un lago con comida local y unas vistas bonitas con el atardecer. Pusimos rumbo allí y tras media hora de camino, llegamos al restaurante. El sitio estaba completamente vacío. No sabíamos si era por la hora que era o porque al final no tenía tanta fama. Buscamos la mejor cabaña para el atardecer y nos sentamos allí. Los camareros apenas hablaban inglés y era complicado de pedir comida. Yo pedí simplemente un arroz con pollo, porque no me quería llenar mucho ya que para cenar íbamos a comer en un indio.

Les trajeron la comida a Mia y Mickey y a mi me dijeron que no había arroz con pollo disponible. Muy raro, ya que son ingredientes básicos para cualquier cocina aquí. Miré en la carta de nuevo, pero al final se me quitaron las ganas que no pedí nada. Terminaron de comer y terminamos de ver el atardecer. Nos montamos de nuevo en la scooter y pusimos rumbo a la ciudad. Ya de noche, tuvimos que conducir por la autovía, algo que no me gustó mucho con las scooters. Al final fuimos bien, ya que los coches no iban a alta velocidad.

Llegamos a la ciudad y nos fuimos a ver un templo de noche. Dimos una vuelta por el templo por afuera para verlo iluminado. Después de eso nos volvimos al hotel para dejar las scooters. Salimos andando para ir a tomar algo. Por el camino compramos algunos dulces de los puestos callejeros para probarlos. Nos sentamos en un bar y allí nos llevamos un buen rato bebiendo y charlando. Después de eso nos fuimos al restaurante indio. Dejamos a Mickey que pidiera la comida para la mesa y acertó. La comida buenísima y hacía tiempo que no había comido tan rico. Nos hartamos de comer allí.

Después de cenar nos fuimos a un bar con música para bailar un poco y tomar una copa más. Pasamos un buen rato ahí charlando y riéndonos. Nos recogimos y volvimos al hotel. Al final empecé a charlar en la habitación con Mia y no paramos de hablar hasta las 05:00. Me encanta el hablar por la noche con alguien sobre cosas importantes y personales. Ya reventados, nos quedamos dormidos.