Día de despedidas 18/02/2024 Vientián (Laos)
Día de despedidas 18/02/2024 Vientián (Laos)

Día de despedidas 18/02/2024 Vientián (Laos)

No tenía planeado de quedarme tantas noches en Vientián, ya que la capital no tiene tanto que ofrecer. Al final me reencontré con Danielle y también Mia y Mickey seguían aquí. Por la mañana me junté de nuevo con Mia y Mickey para el desayuno. Tras el desayuno, nos despedimos de Mickey ya que él hoy se marchaba al sur de Laos. A Mickey lo vería seguramente el siguiente día, ya que yo también iba a ir para allá.

Con Mia me quedé allí varias horas en el restaurante charlando. Ambos seguíamos regular con la barriga y Mia estaba también especialmente nerviosa ya que mañana se marchaba ella al sur de China, lo cual es poco turístico y por eso más complicado para viajar. Para relajarnos fuimos a que nos dieran un masaje. Tenía pensado un masaje de cabeza y hombros, pero al ver los masajes que daban de pies, cambié mi decisión. Tras el masaje, nos fuimos ambos a recoger nuestra ropa de la lavandería y cada uno se fue a su hostal para guardar la ropa.

Sobre la tarde/noche, Mia y yo quedamos de nuevo. Fuimos al supermercado para comprar algo de comida para nuestros viajes mañana. Posteriormente, nos fuimos a un bar con terraza en el tejado. Estábamos solos y ahí pudimos disfrutar de las vistas y de la música. Empezaron a cantar en directo y la mujer tenía una pedazo de voz. Me gustó tanto que le dije a Mia de quedarnos ahí también para cenar. Así fue y pedimos la cena. Mia, con los nervios sobre su viaje a China, apenas comió. Yo tenía tanta hambre que me comí toda la comida, incluido lo de ella. Allí estuvimos charlando varias horas y intenté calmar a Mia. Normalmente es una mujer muy segura de si misma y siempre está sonriendo, pero hoy vi otra parte de ella. Una parte insegura y seria, lo cual me sorprendió.

Charlando con Mia, también me di cuenta de mi crecimiento personal. Siempre me he considerado una persona fría y me incomoda el contacto físico. Pero con Mia me sentía cómodo. Ella necesitaba abrazos y mimos y ahí sentado nos llevamos un rato abrazado mientras que le acariciaba. Posteriormente le di hasta un masaje en la cabeza durante un buen rato y se quedó más relajada. Le dije que mi “antiguo yo” no era pensable hacer esto y se quedó sorprendida, porque ella no me veía frío o poco afectivo. Es algo que todavía me cuesta asimilar. ¿Tengo una percepción equivocada sobre mi o es verdad que a través de este viaje estoy creciendo como persona y sintiéndome más seguro conmigo mismo? El tiempo lo dirá, pero la verdad que me siento cada vez más cómodo conmigo mismo y con la gente.

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