Tras despedirme ayer de Mia y Mickey, me tocaba hoy marcharme de la capital y coger el autobús al sur de Laos. Por la mañana desayuné tranquilamente y me afeité la cabeza. A las 12:00 vendría un tuk tuk a por mi, pero no llegó hasta las 12:25. Para colmo, el tuk tuk estaba vacío lo cual significaba que tenía que recoger todavía más gente. El autobús salía a las 13:00 y llegué a la estación a las 12:55. Corriendo recogí mi ticket y a tiempo me monté en el autobús. El autobús ya estaba casi lleno, pero encontré en la planta superior un asiento libre en la primera fila. El asiento era perfecto, ya que podía estirazar las piernas y tenía el cristal delante de mí con las vistas como el chófer. Verlo todo también conllevaba ver los adelantamientos del chófer por la carretera. En varias ocasiones tuve que soltar algunas palabrotas, ya que tenía camiones viniendo de frente a poca distancia. Al final todo estaba bajo control.

La distancia de Vientián a Thakhek es de solo 180 kilómetros, pero las carreteras están tan mal que lo que en España podrías hacer en una hora y media, aquí tardaría 8 horas. El viaje no se me hizo largo, ya que estaba cómodo y relativamente fresquito. Sobre las 20:00 llegué a Thakhek y empecé a hablar con otros viajeros para compartir un tuk tuk hacia el centro. Con 8 personas nos montamos en el tuk tuk y el conductor empezó a amarrar con una cuerda las mochilas por detrás del tuk tuk. Yo puse mi mochila grande entre mis piernas ya que no me fiaba de su técnica.

Hice el check-in en el hostal y salí a cenar. Me fui a un restaurante al lado del río y allí comí algo. En el menú vi que tenían smoothies y cuando fui a pedirme un smoothie, me dijeron que no tenían ya. Pensé en levantarme y irme ya que estaba deseando un smoothie, pero me tuve que conformar con un agua. Después de cenar quedé con Mickey. En el pueblo apenas hay bares y por eso fuimos a un restaurante chino. Nos pedimos cada uno un helado ya que seguía haciendo mucho calor. El restaurante era lujoso y bastante raro. Tenían la música a tope por un cumpleaños y cuando pedimos la cuenta, nos la dieron en la moneda china. Tuvimos que pedirle que nos hicieran la conversión al Kip, la moneda de Laos. Tras eso nos volvimos al hostal, ya que las puertas las cerraban a las 23:00.