Cuevas de la matanza y de los murciélagos 10/03/2024 Battambang (Camboya)
Cuevas de la matanza y de los murciélagos 10/03/2024 Battambang (Camboya)

Cuevas de la matanza y de los murciélagos 10/03/2024 Battambang (Camboya)

A las 04:30 sonó mi alarma y me metí en la ducha para despertarme. A las 05:00 vendrían a recoger a mi y Mickey en el hostal con el minibús. Nos llevaron al punto de salida y allí esperamos a que se llenará el minibús. A las 06:00 salimos y pusimos rumbo a Battambang. Tardamos varias horas y yo me quedé dormido la mayoría del viaje. Sobre las 11:00 llegamos a Battambang, la segunda ciudad más grande de Camboya. La ciudad parece más un pueblo y muchas carreteras no tienen ni asfalto.

Al hacer el check-in nos informamos sobre el tour. Solo queríamos quedarnos una noche aquí, con que queríamos aprovechar el día. Cogimos un tour que empezaba a las 13:00. Para hacer tiempo mientras tanto, nos fuimos a desayunar y tras eso jugamos varias partidas de billar en el hostal. A las 13:00 nos vino a recoger nuestro tuk tuk. Pensábamos que era un tour compartido, pero al final fue para los dos solos. La primera parada fue el tren de bambú. Antiguamente usaban las vías del tren para moverse la gente local. Es un tablón de bambú sobre unos ejes y un motor. Actualmente es simplemente algo turístico. Nos montamos en el carro y durante una hora dimos un paseo por la vía del tren. Cuando nos encontramos con otro carro de frente, nos teníamos que bajar y desmontaban el carro para que pasará el otro carro. Se montaba de nuevo el carro en la vía y podíamos continuar nuestro camino. Por el camino tuvimos varios caminos para vendernos suvenires o bebidas. También paramos en un pequeño pueblo para dar una vuelta andando por el.

Tras una hora volvimos al inicio y con el tuk tuk pusimos rumbo a las cuevas de la matanza. Teníamos la opción de andar media hora hacia arriba o montarnos atrás en una moto por 3 dólares. Con el calor que estaba haciendo, cogimos sin dudar la moto. Nos llevaron cada uno en moto hacia arriba. Primera parada fueron las cuevas de la matanza. Estas cuevas fueron usados por los Jemeres Rojos en los años 1975 hasta 1979 para matar los “traidores” de la revolución. Los prisioneros fueron llevados hacia arriba de la cueva y tras un golpe en la cabeza, fueron tirado hacia abajo dentro de la cueva. Cuantas personas exactas fueron asesinadas aquí no está claro, pero la cifra puede estar en los 10.000 muertes. Usaron una cueva para los hombres y la otra cueva para mujeres y niños. Entramos en la cueva de los hombres y ahí se pudieron ver hasta varios cráneos y huesos.

Con la moto seguimos la subida hasta arriba de la montaña para el mirador. Desde ahí se podía ver los alrededores de Battambang. También habían varios templos y muchos monos por todos lados. Nos quedamos allí media hora y tras eso nos llevaron de nuevo hacia abajo. Sobre las 17:30, antes del atardecer, nos sentamos delante de la cueva de los murciélagos. Todos los días, al atardecer, millones de murciélagos salen de la cueva para ir a por comida en los campos de arroz. Nos sentamos en las sillas que estaban preparados para todos los turistas y a las 18:15 empezaron a salir los murciélagos. Durante 20 minutos era una salida constante de murciélagos. Era impresionante de verlo.

Tras eso nos fuimos a buscar nuestro tuk tuk y el chófer se puso a contar sobre su vida y la vida durante la época de los Jemeres Rojos. Él, un niño pequeño entonces, y su familia se salvaron por suerte de las matanzas, pero pasaron mucha hambre y casí murieron por eso. A día de hoy el país sigue mal y no tiene otra opción que trabajar de conductor de tuk tuk. Según él, un puesto muy mal visto en el país. Le gustaría poder pagar la carrera de su hija que quiere ser maestra, pero para eso necesita 15.000 dólares, lo cual le es imposible de pagar. Estuvimos hablando un rato más con él y tras eso nos llevó ya de vuelta al hostal.

Buscamos un sitio para cenar y me acordé de las chicas sevillanas que conocí en Siem Reap. Me recomendaron un restaurante español y ahí fuimos a cenar. Me esperaba lo peor, pero la comida estaba buenísima. Pedimos gambas al ajillo, tortilla de patatas, albóndigas y papas con jamón y huevo. Satisfecho nos fuimos de vuelta al hostal para ver un partido de fútbol mientras que nos pusimos a charlar con más gente del hostal. Yo mientras tanto me puse a hablar por Instagram con Justyna y dejé de echar cuenta al fútbol y a la gente alrededor mío. Tras el partido me fui para la cama.

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