En Europa tras diez meses fuera 11/09/2024 – 15/09/2024 Atenas (Grecia)
En Europa tras diez meses fuera 11/09/2024 – 15/09/2024 Atenas (Grecia)

En Europa tras diez meses fuera 11/09/2024 – 15/09/2024 Atenas (Grecia)

Fue raro volver a pisar territorio europeo. En noviembre 2023 salí de España y diez meses más tarde estaba de vuelta en Europa y concretamente en Grecia. Siempre ha sido un sueño mío visitar Grecia ya que me encanta la historia antigua. Había estado ya varias veces en Roma y ahora no podía faltar Atenas.

Subir a la Acrópolis fue un sueño hecho realidad. Durante mi visita a la Acrópolis, quedé maravillado por la grandeza y el significado histórico de sus estructuras. Cada monumento cuenta una historia que refleja la grandeza de la antigua Atenas:

El Partenón
El Partenón, el edificio más icónico de la Acrópolis, es un templo dórico dedicado a Atenea Partenos, la virgen protectora de la ciudad. Construido entre el 447 y el 432 a.C., sus proporciones perfectas y detalles escultóricos, diseñados por Fidias, representan el ideal clásico de belleza y armonía. Las metopas y frisos del Partenón narran historias de la mitología griega, incluyendo la batalla de los centauros y los lapitas.

El Erecteion
Este elegante templo jónico, famoso por su pórtico de las Cariátides, fue construido entre el 421 y el 406 a.C. para honrar a Atenea y Poseidón. Las Cariátides, columnas en forma de mujeres, son una muestra del virtuosismo artístico griego y un homenaje a las figuras femeninas.

El Propíleo
El Propíleo es la monumental entrada a la Acrópolis, construida en el siglo V a.C. Este edificio combina los estilos dórico y jónico, y marcaba el acceso ceremonial al complejo. Caminar por sus imponentes columnas me hizo imaginar a los antiguos peregrinos que subían para rendir homenaje a los dioses.

El Templo de Atenea Niké
Pequeño pero exquisito, este templo jónico se alza en un promontorio y está dedicado a Atenea como diosa de la victoria. Fue construido alrededor del 420 a.C. y su decoración incluye relieves que conmemoran victorias militares.

El Teatro de Dionisio
En la ladera sur de la Acrópolis se encuentra este teatro, considerado el más antiguo de Grecia y cuna del drama occidental. Aquí se representaron por primera vez las obras de autores como Esquilo, Sofocles y Aristófanes. Imaginar el eco de las tragedias y comedias en este espacio me llenó de admiración.

La Odeón de Herodes Ático
Construido en el siglo II d.C. por el magnate romano Herodes Ático, este teatro es una adición posterior a la Acrópolis. Aún hoy se utiliza para conciertos y eventos, uniendo el pasado con el presente.

Desde la Acrópolis, bajé hasta el monte Areopagus, un lugar con una energía especial. Este antiguo punto de reuniones y debates ofrece unas vistas panorámicas increíbles de la ciudad. Me senté por un rato para contemplar el paisaje, dejando que el bullicio de Atenas se desvaneciera mientras me perdía en la belleza del horizonte.

Luego, decidí perderme en las callejuelas de Plaka, el barrio más pintoresco de Atenas. Sus callejones empedrados, casas de colores y flores en los balcones me hicieron sentir como si estuviera en un pueblo de otro tiempo. Me detuve en una pequeña taberna para tomar algo, disfrutando del ambiente relajado y las risas de los locales. Monastiraki fue un contraste vibrante. El mercado de pulgas estaba lleno de vida, con puestos que ofrecían de todo, desde antigüedades hasta souvenirs.

La Biblioteca de Adriano fue una parada obligada. Me sorprendió lo bien conservados que están algunos de sus muros y columnas, y no pude evitar imaginarla en su apogeo, llena de sabiduría y vida. El Arco de Adriano, con su elegante estructura de mármol, es un portal al pasado. Cada detalle es un testimonio del legado romano en Atenas.

El Agora Antigua y el Agora Romana fueron igualmente fascinantes. En el Agora Antigua, caminar entre las ruinas del Templo de Hefesto y el Stoa de Atalo fue como retroceder en el tiempo. En el Agora Romana, la Torre de los Vientos me dejó asombrado con su ingenioso diseño.

Visitar el Estadio Panatenaico fue emocionante. Este lugar, construido enteramente en mármol, fue la sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896. Me imaginé a los atletas compitiendo y a la multitud animando desde las gradas.

Una de las experiencias más divertidas fue hacer un tour en bicicleta por el centro antiguo de Atenas. Pedaleando por calles estrechas y plazas históricas, pude ver la ciudad desde una perspectiva diferente. El guía nos contó anécdotas interesantes mientras pasábamos por monumentos y rincones menos conocidos. La brisa fresca y el ritmo relajado hicieron que esta actividad fuera inolvidable.

Como amante del fútbol, no podía perderme la oportunidad de asistir a un partido del Olympiakos FC. Fue una noche electrizante en el Estadio Georgios Karaiskakis. La pasión de los aficionados griegos es contagiosa; los cantos y el ambiente no se detuvieron ni un segundo. Además, fue interesante ver al equipo dirigido por el entrenador español Mendilibar. Su estilo de juego, combinado con la intensidad del equipo, hizo que el partido fuera inolvidable. Desafortunadamente, el partido quedó en 0-0 y no pude ver goles.

Aunque es precioso Atenas, lo mejor ha sido la comida griega. Desde la tradicional moussaka hasta los tiernos souvlakis y saganakis, cada plato me transportaba a la esencia de la cultura griega. Las ensaladas frescas con queso feta y aceite de oliva local fueron el acompañamiento perfecto. Los postres también dejaron huella: el baklava, dulce y crujiente, y los loukoumades, pequeñas delicias fritas con miel, se convirtieron en mis favoritos. Todo esto hizo que cada comida fuera una experiencia completa.

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