18/11/2023 Aswan (Egipto)
18/11/2023 Aswan (Egipto)

18/11/2023 Aswan (Egipto)

¡Buenas noches! Me levanté a las 4:00 de la mañana pero ya me habían despertado la gente de la habitación, ya que ellos se iban en furgoneta a Abu Simbel. Yo y la pareja holandesa esperábamos al taxi pero al final no llegó hasta las 5:30. Me podía haber quedado un rato más en la cama, pero bueno. Hay que tomárselo con calma aquí. Nos esperaba una ruta de 3 horas ya que Abu Simbel está a 200 kilómetros. Está casi a la frontera de Sudán, el cual ahora mismo también está involucrado en una guerra civil. El chófer tenía puesto música de dormir y los tres dormimos un buen rato en la ida. Llegando al destino ya nos despertamos y empecé a conversar con el chófer. El primer tema de conversación fue el fútbol, ya que vi que tenía algo del club egipcio Al Ahli en el coche. Era fan del club pero aparte él es también futbolista. Él juega para el club de Aswan, que está ahora mismo en la segunda división de la liga egipcia. Su posición es de lateral derecho y hasta me enseñó todo orgulloso un video en YouTube de sus mejores jugadas. ¡Y oye, tiene velocidad el tío! Todo esto por supuesto mientras que el chófer me estaba hablando, manejando y enseñándome el móvil y adelantando por la “autovía” de un carril.
Una vez que llegamos al destino, tuvimos la suerte que la gente que suelen salir a las 4:00 de Aswan ya casí se estaban yendo. Por lo tanto podíamos ver los monumentos casi solos. Después vi un video de otra persona que había estado en el bus de las 4:00 y el interior de los monumentos estaba lleno de gente. Habíamos hecho bien en organizar esto así.

En Abu Simbel pudimos ver dos templos gigantes del faraón Ramsés II y su esposa Nefertari. Lo que pasa que en los años 60 movieron ambos templos a un lugar más alto, ya que por la construcción de las presas en el lago, el agua había subido a un nivel tan alto, que los monumentos iban a estar inundados. Cortaron los monumentos a pedazos y lo reconstruyeron en un lugar más alto.
La fachada del templo de Ramsés II es espectacular. Tiene 4 estatuas de él en la entrada (se ve que se quería mucho a si mismo) construidos en el muro de la montaña. Una de las estatuas está media destruida por un terremoto. En la reconstrucción decidieron de dejarlo igual. El interior del templo con mucha decoración y varias capillas. Muy interesante que fue construido así que dos veces al año, entra el sol de tal ángulo que hace brillar las 4 estatuas que hay al final del interior del templo.

Después de ver el templo de Ramsés II, el templo de Nefertari fue menos impresionante. Todo más pequeño y el interior con mucho menos salas y capillas. Se nota que el que mandaba era el faraón y no la esposa. Aunque oye, cualquier esposa no puede decir que tiene un templo a su honor.
Estuvimos unas dos horas viendo los templos y el resto del recinto. Fuimos a buscar al chófer y nos fuimos de vuelta a Aswan. Por el camino seguimos hablando como era la vida en Egipto y otras cosas. En vez de volver a la ciudad directamente, decidimos de hacer una parada en el pueblo Nubio de Aswan, que está localizado en la parte oeste del río Nilo. La verdad, el pueblo Nubio no me gustó nada. Muchas tiendas y mucho vendedores intentado venderte sus cosas. Llega un punto que ya te harta porque son muy cansinos e insistentes. Aparte de las tiendas no había mucho que ver o algo que fuera típico. Era todo muy turístico. Decidimos de volver rápido a la ciudad para comer algo y disfrutar del atardecer.

Una vez en Aswan, pedimos comida para llevar (yo me pedí un falafel que todavía no había probado) y nos fuimos a un punto alto de la ciudad para ver el atardecer. La ruta para ese punto alto era peculiar. Un barrio en una cuesta, sin nada de asfalto y en muy mal estado. Nos atrevimos de pasar por el barrio, ya que tampoco habíamos visto mucho diferente por Egipto. Aparentemente el 60% de la población vive bajo la línea de pobreza. Los niños como siempre acercándose a nosotros para saludarnos e intentando de preguntarnos de donde somos para posteriormente pedirnos un euro. Una vez llegado al punto alto, disfrutamos de nuestra comida mientras podíamos apreciar el atardecer sobre el río Nilo. Nos acompañaron unos niños y algunos perros callejeros que olían la comida. Tras desaparecer el sol, ya me despedí de Sven y Lina (la pareja holandesa) y me fui para el hostal pasando por otra barrio peculiar.

Tenía planeado de tomarme la tarde noche tranquilo, ya que llevaba desde las 4:00 de la mañana despierto. Pero la verdad que no estaba cansado. Cogí la tablet para escribir sobre mi día y me sentí en la sala común. Al final, empecé hablando con tres chavalas, una de Australia, una de Alemania y otra de Bélgica. Me puse a hablar un buen rato con la Belga y ellas decidieron de ir a cenar y tomar algo. Otro chaval, un Egipcio rubio el cual ya conocí la noche anterior y muy buen tío, también quería unirse. Aunque ya había comido, decidí unirme ya que había tenido una buena conversación con todos. Me cambié rápido (ya estaba en las calzonas de dormir) y nos fuimos al centro de Aswan. Les habían recomendado un restaurante, pero al sentarnos allí y ver la carta todos dijeron que era muy caro. Un plato costaba mínimo 10 euros y para nosotros mochileros era mucho. Más sabiendo que en sitios más locales se puede comer por más de la mitad. El Egipcio le preguntó a algunas personas por la calles y nos recomendaron un restaurante de pescado. Cogimos un taxibus y para allá fuimos. Yo sólo me pedí un bocata de pescado frito ya que no tenía mucha hambre tras haber comido ya antes y el resto se pidió unos pescados que tenían muy buena pinta. Tras una cena agradable intentamos de fumar un cachimba, pero yo ya estaba reventado y tampoco no tenía ganas de fumar. Una cervecita si me entraba y me fui con la belga a buscar cerveza, pero nuestro sitio ya había cerrado. Intentamos de entrar también en el hotel más lujoso de Aswan ya que pensábamos que iban a tener alcohol ahí, pero por la hora que era (o a lo mejor por nuestras pintas) nos negaron la entrada. No quedaba otra que volver al hostal. Allí nos juntamos todos de nuevo y estuvimos hasta media noche hablando y pasando un buen rato. Ya no podíamos más (casi todos habíamos ido a Abu Simbel esa mañana) y nos fuimos a dormir.

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