Llegada a Singapur 25/11/2023 Singapur (Singapur)
Llegada a Singapur 25/11/2023 Singapur (Singapur)

Llegada a Singapur 25/11/2023 Singapur (Singapur)

Por la mañana nos despertaron con un desayuno de crepes en el avión y después de eso me dormí otro rato hasta que me despertó el aterrizaje del avión en Singapur. En Singapur era hora local 12:00 de la tarde, pero para mi cuerpo era todavía media madrugada. Entre el resfriado, el cansancio y el jetlag estaba reventado y con ganas de llegar al hostal. Me quedaba pasar la aduana y estaba nervioso por si me iban a rechazar la entrada al país por solo tener un ticket de autobus para la salida del país. Pero mis preocupaciones fueron para nada. Ni me preguntaron ni miraron nada. Fue todo automatizado y sin problemas. Bueno, no es del todo verdad. Habían puertas para escanear el pasaporte, la cara y la huella dactilar. Éramos mucha genta que habían salido del avión y me toco detrás de un grupo de gente mayor. Todo mi respeto a la gente mayor por supuesto, pero entre el cansancio, mi resfriado y el jetlag no tenía mucha paciencia. La gente no seguía las instrucciones de la maquina y lo que normalmente debe de tardar en total 20 segundos tardaba para cada persona varios minutos. Yo y otro chaval no nos quedaba otra que reírnos ya de la situación.

Tras una larga espera ya estaba dentro de Singapur. Fui al baño y vi que tenían el famoso baño asiático con el chorrito de agua. Como buen guiri, lo probé. ¡Y tengo que decir que el chorro tiene muy buena puntería!

En vez de ir directamente al hostal, decidí dar una vuelta por el aeropuerto ya que, por lo que había leído, es uno de lo más bonito del mundo. Y no defraudó el aeropuerto. Es gigantesco y se puedo hacer de todo. Lo más famoso y con razón, la cascada llamada la vórtice de lluvia. Es la cascada interior más grande del mundo con una altura de 40 metros. La cascada está rodeado de un bosque y al acercarte parece que estás en la selva por la humedad que hay. Interesante es que todo el agua del vórtice viene de agua de lluvia, ya que llueve bastante por aquí. Y de eso me di cuenta en seguida ya que estaba lloviendo afuera.

No tenía más cuerpo para dar vueltas por el aeropuerto y me fui a buscar el metro para que me llevará al centro del país. En vez de comprar un bono decidí pagar simplemente con tarjeta en la puerta del metro. Tras media hora de metro llegué a mi parada y tras pasar de nuevo la tarjeta para salir me di cuenta que solo me había costado 75 céntimos de euro. No me había esperado que fuera tan barato el transporte público siendo un país tan caro. Pero ahí se ve que el país quiere tener bajos precios de transporte público para promocionarlo y no tener tantos coches en la carretera. ¡Me gusta eso! Salí de la estación del metro y noté directamente la humedad y el calor. No era un calor desagradable pero combinado con la humedad era un sentimiento extraño. Andando por las calles fue un shock comparado con Egipto. No habían coches dándole al claxon cada segundo. Habían semáforos para coches y peatones. Los peatones esperaban para cruzar. Vamos, que el día y la noche. ¡Una buena primera impresión, Singapur! Tras hacer el check-in en el hostal, me pegue una ducha calentita merecida y me sentí un rato en el patio abajo del techo para apreciar la lluvia torrencial. Es raro, ya que no hace frío. Hace calor, pero la lluvia tampoco refresca. Es como una ducha caliente. El dueño del hostal me explicaba que en esta temporada este tiempo era lo normal. Mucha lluvia. Yo sabía lo que me esperaba ya que había leído que el temporal de lluvias empezaba en noviembre, con que no me molestó mucho. Después de la charla me fui a echar un rato a la cama ya que estaba reventado. Me hubiera gustado estar un rato más despierto para coger el ritmo de la hora local, pero no podía más.

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