Pocas horas en el día, mucho que hacer 04/12/2023 Kuala Lumpur (Malasia)
Pocas horas en el día, mucho que hacer 04/12/2023 Kuala Lumpur (Malasia)

Pocas horas en el día, mucho que hacer 04/12/2023 Kuala Lumpur (Malasia)

Tras acostarme a las 10:00 de la mañana, había quedado con Roxanne de nuevo a las 13:00. Eso significaba que ambos sólo habíamos dormido dos horas. Me levanté a las 12:00 con la cabeza toda loca pensando en quitar la alarma y seguir durmiendo, pero ahí tenía ya el primer mensaje de Roxanne. Me levanté como pude y me pegue una ducha fría para despertarme y quitarme el sudor de encima de toda la noche anterior. Cogí un grab y saludé a Roxanne en la puerta de una mezquita. Ambos reventados, pero con ganas de seguir de nuevo descubriendo la ciudad. Empezamos mal, porque la mezquita estaba a esa hora cerrado para no creyentes. Dimos una vuelta alrededor para hacer unas fotos, pero rápidamente cogimos un Grab para ir a otra parte cercana. No teníamos tantas ganas de ir andando de nuevo. Nos bajamos por la parte antigua de la ciudad. Aquí pudimos ver muchos edificios de los tiempos coloniales. Entramos en un pequeño museo y hicimos varias fotos de los edificios. El sol daba fuerte y tras unas horas explorando esa parte de la ciudad, nos fuimos a almorzar. Entramos en un pequeño restaurante indio y compartimos algunos platos.

Sobre las 16:30 tocaba de despedirnos. Roxanne se tenía que ir que había quedado con la dueña de su estancia y yo quería ver al norte de la ciudad las cuevas de Batu. Estuvimos hablando de quedar de nuevo esa misma noche sobre las 22:00, pero ambos sabíamos que iba a ser complicado. Ella tenía que coger un avión hacía Tailandia la mañana siguiente a las 05:00 y ambos estábamos muy cansados del día anterior. Ella me acompañó al metro y ahí nos despedimos dejando en el aire si nos íbamos a ver más tarde. Me monté en el metro y me sentí bastante triste. Tenía ganas de seguir pasando tiempo con ella. Una persona con un gran corazón y con la cual se conversa tan agradable y fácil. Sabía que seguramente no la iba a ver más y eso también está bien. Al final esto también conlleva ser mochilero. Se conoce gente maravillosa, pero cada uno también tiene que seguir sus caminos. Es bonito y cruel a la vez. Pero también me enseña que en cualquier momento de este viaje o hasta en la vida se pueden encontrar personas únicas y que puede ser muy bonito por el tiempo que dure y por el tiempo que se crucen nuestros caminos.

Intenté cambiar el chip y llegué a las cuevas de Batu. Las cuevas de Batu es una colina con varias cuevas y templos cuevas de los hindús. En la entrada del recinto ya pude ver varios templos y muchos monos andando por ahí. Seguí andando hasta llegar al punto más famoso, la gran estatua dorada de 10 pisos de altura con al lado muchos escalones llenos de color para subir arriba a la entrada de la cueva. Hice varias fotos y le pedí también a alguien que me hiciera algunas fotos. Empecé a subir escalones y tras un pequeño descanso llegué arriba. Estaba orgulloso de que después de dos horas de dormir, todavía tenía energía de subir esos escalones. Entré en la cueva y pude ver lo grande que es el interior. Una gran altura con algunos huecos por donde todavía entraba la claridad de la luz. Dentro de la cueva había otro templo donde entraban gente a rezar. Más adentro de la cueva había otra pequeña escalera hacia arriba con otro templo. Esta cueva era más bonita ya que por arriba estaba más abierto y se podía apreciar más la grandeza de ella por la claridad que entraba. Me senté en un banquito y estuve ahí un rato mirando la cueva y viendo como entraban familias en el templo para dar sus ofrendas. Tras un rato salí afuera y me senté arriba de los escalones llenos de color para ver como empezaba a ponerse de noche. Me llevé allí una hora sentado viendo como poco a poco las luces se iban encendiendo en la ciudad. Mientras tanto también pensando en lo que había ya vivido en estas pocas semanas de mi viaje por el mundo y lo afortunado que me sentía por tener la oportunidad de hacerlo y estar aquí.

Esperé hasta que iluminaran los escalones y bajé. Desde abajo hice de nuevo varias fotos, esta vez con la estatua y los escalones iluminados. Me quedé ahí otro rato simplemente disfrutando de lo que tenía delante de mí. Ya de noche, me marché a coger el tren. Tras comprar un ticket, me di cuenta que tardaba una hora en llegar. Con el cansancio que tenía encima, decidí coger un grab hacia el hostal. Una vez que me dejó el grab, seguí a dar una vuelta por el barrio. Todavía me quedaba de ver mi barrio, ya que tenía una famosa calle llena de puestos de comida. Pasé por ahí y comí algo. Mi cuerpo no podía más y me marché al hostal. Me tendí en la cama. Estaba dudando si ducharme o simplemente irme a dormir, cuando me escribió Roxanne que había llegado a su estancia. Ella estaba dudando si salir ahora conmigo, pero se iba a dar una ducha y me lo iba a decir en breve. No tenía muchas esperanzas y fui a ducharme y lavarme los dientes. En la ducha ya me hizo saber que no íbamos a quedar. Tenía ganas de verla, pero yo también no podía más con mi cuerpo. Ambos estábamos muy reventados. Hablamos un poco más y a lo mejor nuestros caminos se vuelven a cruzar. Ella se va ahora al norte de Tailandia y poco a poco ira hacia el sur. Yo iré poco a poco subiendo por Malasia hasta entrar en Tailandia e iré subiendo hacia el norte. El tiempo lo dirá si nos volveremos a ver.

Aunque sonaba música en directo en la calle, mis ojos se cerraron nada más que caí en la cama. Fueron dos días muy largos e intensos. Necesitaba dormir. ¡Hasta mañana!

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