Llevo varios días con cansancio y hoy también me levanté más tarde. Tenía que dejar el hostal a las 12:00, pero el avión a Langkawi no salía hasta las 20:00. Preparé mis cosas y dejé mi equipaje en el hostal mientras que salí a la calle. Hoy tocaba lavar la ropa. Antes de desayunar decidí llevar la ropa a la lavandería. Fui andando hacia una que tenía críticas mixtas pero decidí ir allí porque estaba cerca. Llegando casi a la lavandería me preguntó una mujer con su perro si iba dejar la ropa en la lavandería de abajo (viéndome con mi bolsa de ropa sucia). Le dije que sí y le pregunte que porqué. Me dijo que no le dejara dinero a ese hombre porque era muy malo y que le había dado una patada a su perro. Que el hombre era un musulmán fanático (no sé que quería decir con esto). Tras esto y tras leer online las críticas, decidí buscar otro cercano. Encontré uno y el cartel de afuera ponía 5 ringgit (1 euro) por kg de ropa. Tras la última vez que lavé, sabía que teníamos más o menos 1,2 kg. El dueño pensó que sería para recoger al día siguiente pero yo lo necesitaba para recoger a las 17:00. Al final me dijo que vale y le di un billete de 50 ringgit y me devuelve sólo 20 ringgit. Sorprendido le digo que me debe 40, ya que sería como dos kilos. Me empezó a decir que si lavar, que si secar, que si es para hoy en vez de mañana. Al final hice mal en darle el dinero antes de preguntar. Acepté porque necesitaba ropa limpia, pero le dije que a las 17:00 estaría ahí. Me prometió que por supuesto.
Tras eso me fui a desayunar y fui a explorar la ciudad. El otro día había visto las pinturas en los muros de noche, pero ahora quería verlos de día. Me descargue un mapa con todas las pinturas y fui a buscarlas una por una. En algunas me hice una foto también. Para refrescarme me pedí por el camino un zumo de papaya. Espero no arrepentirme del zumo ya que vi como limpió la papaya bajo el grifo de agua. Bueno, a coger resistencia el cuerpo.
Por el calor y la humedad que hacía, me volví al hostal y allí estuve escribiendo un buen rato. Sobre las 16:00 salí de nuevo a la calle para sacar dinero del cajero. No estaba seguro si había un cajero que me sirviera en la isla de Langkawi. A las 17:00 en punto me presenté en la lavandería y ahí estaba mi ropa lavada y seca en una bolsa. El dueño, muy gracioso, se puso a mirar el reloj como diciendo “lo vez que te lo iba a tener preparado”. Me reí y le di las gracias. Rápido me fui al hostal a guardar la ropa en la mochila, ya que había quedado con el francés del grab del otro día para ir al aeropuerto. Teníamos el mismo vuelo y hostal.
Tras media hora retraso cogimos el vuelo a Langkawi. Creo que es el vuelo más corto que he hecho en mi vida ya que eran sólo unos 150 kilómetros. Las azafatas intentaron vender rápidamente algo de los productos por el pasillo, pero apenas habíamos despejado cuando ya estábamos preparando para aterrizar.
Cogimos un grab para el hostal y directamente vi que era muy social el hostal. Había buen ambiente y también vi de nuevo a un chaval que conocí en Melaca. Hablé un rato con él y después me fui a cenar con el francés. Fuimos a una plaza donde habían varios puestos callejeros de comida. Primero pedimos unos pinchos que estaban muy buenos, después nos pedimos un zumo natural y por último nos pedimos un plato de noodles con ternera. Todo muy bueno, pero mientras que nos comimos los noodles vimos el tío de los pinchitos sentado tocándose los pies y aparentemente cortándose las uñas. El tio volvió a su puesto dando vueltas a los pinchos sin lavarse las manos. Mi estómago dio un revolcón pero con el hambre que tenía, seguí comiendo. Mejor no saber o ver lo que hacen en la “cocina”.
Tras cenar nos volvimos al hostal para tomar algo, pero por la hora que era ya no vendían cerveza. El chaval que vi en el hostal me dijo que un grupito iban a tomar algo al bar cercano y nos fuimos con ello. Allí me tomé una cervezas muy baratas ya que no pagan impuestos en la isla. Mientras tanto jugamos unos juegos de beber y pasamos un buen rato hasta las 01:00. Algunos iban a seguir a otro bar, pero yo decidí recogerme. Ya estaba bien para hoy. Me fui a duchar y después de eso empecé a chatear con Roxanne. Entre los dos nos ponemos a hablar y hablar y no tenemos fin. Resultado: estuvimos hablando hasta las 5:30 de la mañana. Ambos ya reventados decidimos dormir.