Tras pasar la noche en el bungalow, decidí de buscar un hostal. Me desperté a las 06:00 (tras levantarme los últimos días a las 04:00), pero me dormí de nuevo. Me levanté más tarde y hice el check-out. Había encontrado un hostal con buenas reseñas y bastante barato que estaba a solo 15 minutos andando. Lo reservé online y tuve que pagar un anticipo de 0,82 €. Cuando llegué al hostal me llevé la sorpresa. Me dijeron que me regalaban las dos noches sin pagar nada más a cambio de que dejará una buena reseña online. No entendía muy bien esto ya que tenían buenas reseñas. Empecé a preocuparme de donde me había metido, pero tampoco tenía mucho que perder. Le di las gracias y me enseñaron la habitación. No es el mejor ni el peor hostal en el cual me he quedado, con que por 0,82 € lo acepto.
Después de eso me fui a desayunar a un sitio más para abajo que tenía muy buena pinta. Allí me pedí un zumo natural de plátano con mango y una tostada con tortilla francesa y queso. ¡Uff!, como había echado de menos una tostada. Me entró de maravilla ese desayuno.
Volví al hostal para ponerme a escribir sobre los días del retiro. Quería hacerlo lo antes posible para no olvidarme de nada ya que lo tenía fresco todavía en la mente. Ahí me llevé varias horas. Por la tarde hablé con Elena para quedar para cenar de nuevo. Vino también la otra chavala de ayer. Esta vez quedamos en mi barrio y las llevé al mercado de comida. Ahí dimos una vuelta para ver que comida pedir y al final me pedí un pad thai con pollo. Tenía ya ganas de comer algo de carne de nuevo. Nos pedimos unas cervezas y nos sentamos en una mesa y allí nos llevamos charlando un buen rato sobre nuestras vidas, el futuro, el pasado y el retiro. Una vez terminado de cenar quería dar una vuelta para ir a tomar algo. La otra chavala al final decidió irse para casa y Elena siguió conmigo para tomar algo. Buscamos un bar con ambiente pero no vimos nada hasta que pasamos por una calle lleno de gente con música en directo. Nos cogimos una mesa y nos pedimos un cocktail cada uno. Allí nos llevamos varias horas charlando y pasé un muy buen rato. Hace años me ponía muy nervioso hablar solo con otra persona ya que tenía que llevar la conversación y me costaba trabajo. Ahora me encanta de simplemente charlar y conocer la otra persona mejor. Y si las conversaciones son de temas profundas, mejor todavía.
Un tío, medio borracho, se sentó en un momento hasta con nosotros en la mesa. Hablando con él, empezó a ligar conmigo y me dijo que me iba a ir con él esta noche. Le contesté que seguro que no. Tras varios intentos más el tío se fue y nos despedimos de él. Al final fue casi las 01:00 y nos recogimos. Ayudé Elena a conseguir un taxi y nos despedimos. Yo me fui andando para mi hostal.