Hoy era un día donde tuve que tomar varias decisiones. Primero tuve que buscar un sitio para dormir por la noche ya que me tenía que salir del hostal que tenía. Me puse a mirar por la mañana donde ir y encontré un bungalow privado para una noche por un buen precio. Salí del hostal y me fui a desayunar al sitio donde cenamos ayer. La razón: vi que tenían tostadas con plátano y crema de cacahuete. Tras el desayuno me fui andando 15 minutos al bungalow.
En el bungalow me puse a planear el día. Quería visitar varios centros de buceo para ver cual sería el mejor para conseguir la licencia ‘Open Water’ de buceo. Salí a la calle y visité el primer centro que más me llamo la atención. Pregunté y me estuvieron explicando el programa y lo que ofrecían. Era exactamente lo que estaba buscando, pero salí de ahí con un sentimiento de no tener ganas de ponerme a estudiar y hacer buceo durante 3 días. Fui a otro sitio y ese me gustó menos. No quería tomar una decisión directamente y me fui a almorzar para tomar le decisión con el estomago lleno.
Mientras que estaba comiendo, estaba pensando en que no era el momento de hacer buceo para mi. Aunque fuera la isla perfecta y el sitio más barato en el mundo, tomé la decisión de no hacerlo en ese momento. En el futuro tendría más opciones de hacerlo, como por ejemplo en Filipinas, Indonesia o hasta en América Central. No quiero hacer cosas porque simplemente se espera que tenga que hacer eso como turista.
Otra razón por la que decidí no hacer ahora el buceo es porque estaba viendo que no me iba a dar tiempo de ver las otras partes de Tailandia que me faltaban. El visado lo tengo hasta principios de febrero y todavía me queda algunas cosas por ver en Tailandia central y la parte norte.
Con la mente más calmada, me fui al hostal para pegarme una ducha. Quería ir a que me dieran un masaje tailandés. Después de ducharme fui a un sitio por el cual había pasado ya varias veces y siempre estaba lleno de gente. Estaba al borde de la playa. Cuando entré había varias personas esperando delante de mí. Tuve que esperar unos 20 minutos y por fin era mi turno. Había elegido un masaje tailandés de una hora por solo 7 euros. Con la sala lleno de gente me quité la camiseta y el pantalón corto y me tendí con solo los calzoncillos puestos. La señora me tapo y ahí empezó el masaje. Los masajes que he tenido anteriormente en otras partes del mundo han sido siempre muy relajantes que casi te quedas dormido. Con este masaje era imposible quedarse dormido. La señora de pie en mis piernas, su codo metido en todo el largo de mi espalda, sus dedos metidos dentro de todos mis músculos. Hubo momentos que tenía dolor y tuve que controlar la respiración para aguantarlo. Durante una hora la señora me dio un masaje por las piernas, los pies, la espalda, los hombros, los brazos, las manos, el cuello, la cabeza y la cara. Un masaje total. Cuando terminó me levanté y me costaba trabajo de andar de como tenía los músculos. Creo que volveré a probar de nuevo un masaje para ver si la próxima vez lo disfruto más o si no me cojo un masaje con aceite. Espero que ese masaje sea más suave.
Tras el masaje me fui a andar por la playa para buscar algún sitio para comer. Por la playa vi tendido al holandés del retiro. Nos saludamos pero él estaba hablando por teléfono. Seguí por la playa andando por la orilla disfrutando del atardecer. Vi un restaurante chulo en la playa donde me senté en el suelo con cojines y una mesa baja. Mientras que estuve cenando simplemente me ponía a ver la gente. Veía parejas que apenas hablaban entre si, otras parejas que no paraban de hablar, gente que estaban solos en la mesa como yo.
Después de cenar me fui al chiringuito donde estuve la otra noche. Allí había de nuevo un dj tocando música y también había un espectáculo de fuego. Me senté y disfruté del espectáculo y la música bebiéndome un Malibu piña (que de tiempo que no tomaba un Malibu). Estuve ahí un buen rato muy a gusto hasta que me recogí para dormir. Me fui a dormir sin saber todavía el plan de mañana: quedarme otra noche más en la isla o irme a otra isla. Por la mañana tomaré la decisión.