Hoy me levanté con ganas. Era un día de tener una nueva experiencia. Como he dicho en varias ocasiones, me he dado cuenta que crezco como persona saliendo de mi zona de confort. Yo nunca he manejado una scooter, pero los últimos días llevaba pensando en intentarlo. Había visto ayer una tienda de alquiler de scooters eléctricas. No sé porque, pero me daba mucho mejor sentimiento una e-scooter que una scooter de gasolina.
Con Mia me fui a alquilar una scooter para cada uno. Ella en una de gasolina y yo una eléctrica. Los dos salimos en nuestras scooters de la ciudad en busca de una cascada que queríamos visitar. La verdad que me sentí bien y seguro en la scooter. Al final, me recordaba a mis tiempos en bicicleta en Holanda. No hay mucha diferencia, solo la velocidad por supuesto.
Era mas o menos una hora de camino hacia la cascada. Paramos por mitad del camino en un bar precioso. En medio de la naturaleza, un bar entre los campos de arroz. El bar tenía varias cabañas de madera para sentarse y tomar algo con las vistas sobre los campos de arroz. Cogimos una cabaña y nos pedimos algo de beber y unos dulces. Allí nos llevamos un buen rato sentado charlando y disfrutando de las vistas.
Salimos de nuevo y tras media hora de camino llegamos a las cascadas. En la entrada había también un pequeño zoológico de osos en el cual pudimos ver varios osos asiáticos. Seguimos andando y ahí ya vimos la cascada. El día estaba bastante nublado y ambos no sabíamos si meternos en el agua por el frío.
La cascada era de diferentes “plantas”. Subiendo poco a poco se veía cada vez más de la cascada. Nos hartamos de hacernos fotos. Había también un tronco del árbol que sobresalía por encima del agua por donde se tiraban la gente. Primero fui yo a tirarme de ahí y sí, el agua estaba fría. Salí rápido del agua para grabar a Mia tirarse al agua, pero al final ella no se atrevió.
Nos llevamos allí tres horas bañándonos y haciéndonos fotos. A las 17:00 cerraban y nos cambiamos de ropa para no coger frío en las scooters. No quería volver tan tarde, ya que estaba oscureciendo. No quedaba otra. Por el camino de ida vimos un puesto de helado con leche de búfalo. A la vuelta queríamos probarlo, pero ya estaban cerrado desafortunadamente. Llegamos a la ciudad y entregamos las scooters.
Por la noche quedamos los tres para cenar y también con los alemanes del barco. El mercado nocturno de comida callejera estaba lleno de gente y era complicado de encontrar una mesa para sentarnos todos. Al final nos tuvimos que sentar con una pareja mayor y allí estuvimos cenando y charlando todos. Tras la cena se recogieron todos menos Mickey y yo. Fuimos a ver el fútbol a un bar. Allí vimos ganar al Arsenal. Yo ya también me recogí ya que estaba cansado de todo el día. Mickey, fan del Man Utd, se quedó a ver el Man Utd. Yo llegué al hostal y me puse a hablar con mi familia por video llamada.