A bordo del avión 14/02/2024 Vang Vieng (Laos)
A bordo del avión 14/02/2024 Vang Vieng (Laos)

A bordo del avión 14/02/2024 Vang Vieng (Laos)

Hoy tenía un día completo preparado. Me levanté a las 08:00 para desayunar con Mia y Mickey. Salimos del hostal para ir a alquiler de nuevo unas scooters eléctricas. Le estoy cogiendo el gustillo a esto de las scooters. A las 09:00 de la mañana quedamos con el resto del grupo: los 2 alemanes, la pareja irlandesa y otro holandés. Los 8 salimos con nuestras scooters a descubrir los alrededores de Vang Vieng.

La primera parada sería Blue Lagoon 1. El camino hacia allí era a veces complicado ya que no había por todos lados asfalto, pero iba bien y con confianza en la scooter. Mia llevaba detrás a Mickey pero tenía algunos problemas con la scooter que yo llevé a Mickey detrás en la scooter. El Blue Lagoon 1 es un lago azul, como dice el nombre. Estaba bien, pero lleno de gente. Nos cogimos una cabaña para estar ahí un rato.

Yo y tres chavales más nos fuimos a visitar la cueva que estaba al lado. Primero había que subir durante 15 minutos por un camino con muchas piedras, pero al final mereció la pena. La cueva era espectacular. Dentro había una estatua de un buda tendido. Había un camino más hacia dentro y decidimos seguirlo con las linternas de nuestros móviles. Llegó un momento que apagamos las linternas y no podíamos ver nada. ¡Ni siquiera la mano delante de mis ojos podía ver! Eso fue nuestra señal de no seguir más adelante. Vimos de vez en cuando las luces de otra gente más adelante, pero era el momento de volver. Salimos de la cueva y tras una bajada rápida, nos reunimos con el resto del grupo.

Al salir con las scooters, el holandés vio que tenía la rueda pinchada. Yo y el alemán nos fuimos a buscar a un mecánico y lo encontramos a un kilómetro. El mecánico cogió su camioneta y fue por la scooter. Entre todos esperamos en el taller mientras que arreglaron la rueda. Tras una corta espera, pudimos retomar nuestro camino.

Nuestro próximo destino sería uno de los muchos miradores por la zona. Anteriormente había visto fotos de algunas vistas desde los miradores y la verdad que prometen. Los alemanes habían visto el día anterior el mirador más famoso, pero dijeron que era bastante complicado la subida hacia arriba. Había un tramo donde había que subir entre piedras sin ningún camino. Decidimos de coger otro mirador que también tenía muy buena pinta.

Fuimos a visitar el mirador de Phapoungkham. Empezamos la subida y de nuevo era intensa como el de la cueva. A mitad de camino teníamos la opción de elegir entre dos vistas: uno con una estatua de un unicornio y otro con una avioneta. Por supuesto elegimos la avioneta. Seguimos subiendo y llegamos a la cima. Ahí nos encontramos con la avioneta en un lado y al otro lado una cabaña. Lo mejor de todo: estábamos solos allí, algo que no esperábamos.

Creo que ha sido una de las vistas más bonitas que he visto en mi vida. Para mi fue un momento mágico: en buena compañía, temperatura agradable y un paisaje difícil de expresar en palabras. Me senté en la avioneta y los otros me hicieron muchas fotos. Dentro de la avioneta habían banderas de Laos, la cual saqué para que salieran en las fotos y videos. Fue también mi día de suerte, ya que Tomas, el alemán, tenía un dron. Ahí estaba yo: sentado en mi avioneta, con un casco puesto en la cabeza, moviendo la bandera de Laos mientras que el dron pasaba por encima de mi cabeza grabándome en un video.

Nos llevamos un buen rato allí y al final se junto otra holandesa con nosotros y empezamos la bajada. Próxima parada fue Blue Lagoon 2. Esta lago era mejor que el primero, ya que había menos gente. Tenían también un punto alto de unos 7 metros de altura de donde tirarse al agua. Me tiré dos veces de allí. Habían más atracciones, como el puente de madera que se va moviendo mientras que pasas por encima. La irlandesa y yo pasamos por encima y ambos pegamos un culazo. Después de la caída no me quería arriesgar más con la tirolina.

Ya casi era la hora del atardecer y decidimos de irnos a la ciudad para verlo allí. Nos marchamos rápido pero yo y Mia íbamos más lentos en las scooter debido al terreno que teníamos que atravesar. Al final no llegamos a tiempo al atardecer y fuimos a entregar las scooters. Me despedí del grupo, ya que hoy era día de San Valentín. A través de Tinder había conseguido una cita con Danielle y dio la casualidad que fuera en un 14 de febrero. ¡Que romántico!

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