Puse la alarma a las 08:00 para levantarme con tiempo. A las 10:15 vendrían a por mi con el tuk tuk para llevarme a la estación de autobús. Pedí mi desayuno en el hostal y me senté para comer. Allí estaba sentada también Justyna, lo cual fue una agradable sorpresa. Pensé que se había marchado temprano para comenzar con su ruta en moto de varios días. Empezamos a hablar y rápidamente estábamos riéndonos y haciendo bromas con un cierto coqueteo. Cada vez que ella hablaba, no sabía por donde me iba a tirar. Me gustó como me hacía sentir: alegre y con mis sentidos despiertos. Varias veces me decía ella que se tenía que ir ya, pero después de eso cada vez me sacaba otro tema de conversación. Yo también me tenía que ir a ducharme, ya que el tuk tuk me iba a recoger en breve. Pero no quería retirarme y notaba que ella tampoco se quería ir. Al final no nos quedaba otra que levantarnos de la mesa y despedirnos. Me metí en la habitación para coger el neceser y fui al baño para lavarme los dientes. Ella también fue a lavárselos y bromeó sobre compartir ese momento.
Estos momentos pueden ser los más difíciles de viajar como mochilero. Habré hablado a lo mejor un total de 45 minutos con Justyna, pero tuve un muy buen feeling. Al final nuestros caminos se separaron y quien sabe si en el futuro nos volveremos a encontrar. Me metí corriendo en la ducha, me vestí y preparé la mochila, pero ya me estaba esperando el tuk tuk. Iba tarde, pero mereció la pena.

A las 10:45 llegué a la estación de autobús y Mickey llegó un poco más tarde, ya que venía de otro hostal. No quedaba otra que esperar hasta las 12:00 que saldría el autobús. El calor ya se hacía notar y cuando salimos, el aire acondicionado tampoco se notaba mucho en el autobús. Por delante teníamos 8 horas de camino. Dormí varias horas, escribí varios capítulos de mis aventuras, escuché música, pasé calor y hablé con Mickey. Este autobús no era igual como el de mi viaje a Thakhek. Aquí los asientos estaban medio rotos y eran incomodos. Unos días antes me senté también encima de un cinturón de una furgoneta, con que estaba también todavía algo molesto con el hueso del culo.

Sobre las 20:00 llegamos a la estación de autobús de Pakse. Allí cogimos con varias personas más un tuk tuk hacia el centro. De allí anduvimos un poco hasta llegar al hostal. Cuando queríamos hacer el check-in, había una huésped enfadada con el dueño por haberle perdido sus cosas al limpiar la habitación. No fue una buena entrada al hostal, pero al final aparecieron las cosas de la chavala. Después de eso nos fuimos a cenar al mejor restaurante del pueblo, un restaurante italiano donde me pedí una pizza. Solamente había desayunado por la mañana, con que tenía bastante hambre. La razón por lo que no comí mucho más durante el día era porque empecé a tomar las pastillas contra la malaria. Por esta región hay malaria y leí que las pastillas pueden causar efectos secundarios, los cuales no quería tener durante un viaje de 8 horas de autobús. La pizza me la comí rápidamente y después de eso fuimos a tomar algo a un bar encima de un hotel con vistas sobre la ciudad. A las 23:00 ya cerraron y no quedaba otra que recogernos para dormir.
