¡Buenos días! Bajé a desayunar y escuché un grupo de chavalas hablar sobre el tour hacia los túneles de Cuchi. Había un tour por la mañana y también por la tarde. Pensé que sería buena opción de hacer hoy el tour por la tarde. Salí a buscar un cajero para tener algo de dinero. No saqué mucho dinero, ya que no sabía todavía si quedarme en Vietnam o irme a Bali.
A las 13:00 vinieron a por mi. Tardamos hora y media para llegar a los túneles por la distancia y el tráfico que había. Los túneles fueron construidas durante la guerra contra los americanos para protegerse de los bombardeos. Los túneles de Cuchi eran estratégicamente importantes porque estaban al lado del río y cerca de la ciudad Ho Chi Minh. Desde ahí tenían túneles hacia la ciudad y también hacia la frontera con Camboya. ¡La red de túneles tenía una distancia total de 250 kilómetros!

El guía nos estuvo explicando la historia y el funcionamiento de los túneles. Fueron escarbados con pico y pala y tenían tres niveles de protección. El primer nivel estaba a 5 metros bajo tierra, el segundo nivel a 8 metros y el tercer nivel a 12 metros. A esa profundidad los bombardeos no hacían efecto a los túneles. Nos enseñaron como conseguían agua y aire adentro y como ocultaban las entradas. Edificaban varios túneles pequeños para la entrada del aire y arriba de la tierra parecía una montaña de termitas. Para el agua hacían un pozo dentro del túnel. Las entradas para los soldados los ocultaban con hojas y ramas, ya que estaban dentro de la jungla. Nos dejaron meternos por una entrada de los soldados y posteriormente también pudimos pasar por dentro de los túneles, lo cual fue bastante difícil. Muy estrecho y sin poder estar de pie, tuve que pasar por cuclillas. El reto era hacer los 100 metros de distancia y me di por vencido por la posición y el calor. Subí por una salida y el guía me dijo que había llegado a los 80 metros. Decidí bajar de nuevo y terminar así los 100 metros. También nos enseñaron las varias trampas que usaron para frenar, herir y matar a los americanos.


Lo mejor del tour fue que podíamos coger un arma real y disparar balas reales. Podíamos elegir entre varias armas como el AK-47, el M16 o la pistola Colt. Elegí el AK-47 y tuve que comprar balas. Empezaron decirme precios de 50 euro por un cargador lleno de balas, pero me pareció mucha tela. Al final compré 10 balas por 20 euros. Fui a la pista y corriendo fui a ponerme los cascos para protegerme los oídos. Era brutal el sonido que hacían las diferentes armas. Me tocó a mi y ahí estaba yo con un AK-47 entre mis manos, un sentimiento brutal. El arma estaba fijado con que la gente no corrían peligro conmigo. Disparé las 10 balas y la fuerza del arma era imponente. No me quiero imaginar como tendría ser de tener un arma así en una guerra.

Terminamos el tour y estuve hablando en la vuelta atrás con un argentino. No podía faltar hablar sobre Messi. Volví al hostal con mucha hambre. Solo había desayunado y a medio día me había comido un plátano. Con muchísima hambre salí a buscar un restaurante. Me harté de comer y con la barriga llena me volví al hostal.
