Por la mañana me quedé a desayunar en el hostal. Recogí mis cosas y me quedé esperando en recepción. Allí empecé hablar con Ana, una chica de Asturias que también iba hacer el mismo tour que yo. A las 10:00 vinieron por nosotros y con la furgoneta nos llevaron al puerto. Por el camino conocí también a una pareja joven de Holanda. Al llegar al puerto, conocimos el resto del grupo: 2 chavalas del norte de España, una pareja mayor de Sri Lanka y otro hombre de Madrid.

Desde el puerto nos metimos en grupos de cuatro personas en un pequeño barco para llevarnos al barco grande. Allí empezaron a repartir los camarotes. A mi me pusieron a compartir un camarote con Ana y las otras dos españolas. Salimos del puerto y el tiempo estaba regular. Estaba lloviendo y bastante nublado. El guía había decidido por eso de cambiar un poco el plan. En mar abierto ya dejo de llover y estábamos todos conociéndonos en la parte delante del barco. Había un sitio para estar tendido en cojines bajo la sombra. Durante el día hicimos varias paradas para hacer snorkel. Desde Tailandia no había visto buenos sitios para hacer snorkel, pero aquí si que valía mucho la pena. Vi mucho coral lleno de color y muchos peces de diferentes tamaños y colores. Hacía tiempo que no había disfrutado de nuevo tanto estando en el mar. Es difícil de explicar en palabras, pero bajo el agua es otro mundo por esta zona.

Cuando alguien veía algo espectacular, ahí íbamos todos a mirar para verlo también. Ana vio un tiburón, pero yo desafortunadamente me lo perdí. Volvimos al barco para que nos llevaran a un sitio para ver los mantarrayas. El capitán nos dijo de tirarnos al agua y cuando metí la cabeza bajo el agua vi cuatro mantarrayas gigantes. No me imaginaba que fueran tan grandes. Tengo un video grabado donde se escucha mis gritos bajo el agua por la emoción de ver estos animales. Aunque fuera muy corto, me encantó el momento. Los mantarrayas seguían su camino “volando” por el agua, pero era imposible de seguirlos por la fuerte corriente que había. Éramos cuatros en el agua y pasamos algo de miedo. La corriente nos llevaba donde quisiera y era imposible nadar en contra de ella. El barquito había ido al barco grande para recoger las otras personas y nosotros estábamos ahí peleando la corriente. Llamamos al capitán del barquito para que fuera a recogernos, ya que estábamos cansados. Volvimos al barco contentos pero cansados. Almorzamos y después de eso nos metimos de nuevo en el agua para hacer más snorkel. Antes de atardecer nos fuimos a una pequeña isla con la playa rosa. Por el coral rojo, la playa ha cogido un color rosa. Allí estuvimos un rato disfrutando de la playa y dándonos otro baño en el mar. Volvimos al barco y desde ahí vimos el atardecer. Cenamos y nos pusimos a charlar y jugar unos juegos entre todos. Nos fuimos a dormir temprano, ya que mañana había que madrugar. Era mi primera noche de dormir en un barco. Al principio fue raro por los movimientos del barco, pero me quedé dormido rápido.

El siguiente día, 9 de abril, sonó la alarma a las 04:30 de la mañana. Nos levantamos todos y con el pequeño barco nos fuimos a la isla de Padar. Nos tocaba media hora de subida a oscuras con una linterna para llegar al mirador de la montaña. Al llegar arriba cogimos sitio para ver un precioso amanecer. Pensaba que la isla de Koh Phi Phi era bonita, pero esta isla es más bonita todavía. Con el cielo de diferentes colores y las vistas sobre la isla y el mar, mis ojos estaban disfrutando de que lo estaban viendo.



Bajamos y volvimos al barco para desayunar. Tras el desayuno fuimos hacer de nuevo snorkel. Pasamos un buen rato en el agua y tras eso nos fuimos a la isla de Komodo. De pequeño había visto documentales sobre el dragón de Komodo. Es el lagarto más grande y pesado del mundo. Llegamos a la isla y ahí nos esperaba un guía para llevarnos por la isla. La única protección que teníamos era un palo que llevaba el guía. Hace solo cuatro días, un dragón de Komodo había atacado a un local. El hombre seguía en el hospital por las infecciones que tenía tras la mordedura.

Al inicio de la ruta vimos el primer dragón de Komodo, pero era pequeño. Por el camino vimos varios más y finalmente vimos un dragón de Komodo adulto y bien grande. Podía medir fácilmente casi tres metros y 100 kilogramos. Me pude hacer varias fotos detrás y al lado del dragón de Komodo. Ya que son de sangre fría, muchos estaban simplemente tendidos al sol para coger algo de calor. Pero cuando se levantaban y se movían, ahí se podía apreciar lo impresionante que son estos animales. Contento de haber visto estos animales mágicos nos volvimos al barco. Nos pusimos a almorzar y fuimos a otro sitio para hacer snorkel. Allí pude ver varias rayas y montándome de nuevo en el barco, vi dos medusas gigantes. Cenamos y desde el barco vimos el atardecer. También vimos muchísimos murciélagos volar por encima nuestra, ya que con el atardecer salían de sus cuevas para ir a cazar. Pasamos la noche charlando, bebiendo y jugando juegos.

El siguiente día, 10 de abril, empezamos con el desayuno y tras eso nos metimos en el agua para hacer más snorkel. Tras eso nos fuimos a una isla para subir al mirador. Tras una pequeña subida de 10 minutos llegamos arriba y pudimos ver los alrededores de la isla. De nuevo, muy bonitas las vistas. Bajamos y nos metimos en el agua para hacer más snorkel. Ahí llegó mi momento tan esperado: ¡vi tiburones! No era lo que esperaba, ya que eran tiburones pequeños que estaban nadando por la orilla. Habían como cinco tiburoncitos y me metí en el agua nadando detrás de ellos para grabarlos. Satisfecho volví al barco y nos dieron de almorzar. Mientras tanto volvimos a nuestro punto de inicio, Labuan Bajo. Había finalizado el tour de 3 días y me despedí de todos. Me fui andando con Ana, Nuria y Anne al hostal para hacer el check-in. Tras eso salí para buscar una lavandería. Tuve que pasar por varios sitios, ya que estaban con mucho trabajo y no me devolverían la ropa hasta 3 días más tarde. Pensé que podía ser por las fiestas de ahora, ya que había terminado Ramadán. Al final encontré una lavandería donde solo tardaban 24 horas en devolverme la ropa limpia. Tras eso me fui a otro hostal para aprovechar la piscina allí. Allí me estaban esperando las 3 españolas y pasamos allí la tarde bañándonos. Por la noche salimos a cenar y a tomar unas cervezas.
