Fuego azul 18/04/2024 – 19/04/2024 Ubud (Indonesia)
Fuego azul 18/04/2024 – 19/04/2024 Ubud (Indonesia)

Fuego azul 18/04/2024 – 19/04/2024 Ubud (Indonesia)

Pude dormir 3 horas y sonó la alarma a las 00:00. Sorprendentemente, tenía bastante energía todavía pero creo que fueron más las ganas de explorar el volcán. Tras prepararnos, salimos yo, Malina y Lola al minibús. La pareja holandesa se había tomado un día de descanso para hacer el volcán el siguiente día. Tras una hora y media de camino llegamos al volcán. Nos dieron un té caliente y algo de plátano frito. Tras eso comenzamos nuestra subida de dos horas andando con un guía. Yo tenía mucha energía y podía haber subido mucho más rápido, pero me quedé con Malina y Lola para no dejarlas solas. Necesitaban descansar de vez en cuando ya que habían tramos bastante inclinados. Poco a poco íbamos progresando hasta llegar hasta el cráter. Era todavía de noche y no se veía el paisaje, pero si podíamos ver las luces de la gente bajando abajo por el cráter. Era espectacular esa imagen y nada más pensar que en breve iba a bajar dentro de un volcán hacia que olvidará el cansancio. Tenía un poco de miedo, ya que empezó a llover un poco y el camino para abajo era por piedras. Poco a poco íbamos bajando con ayuda del guía. A mitad de camino el guía nos dijo a todos que fuéramos más rápidos porque o si no podíamos perder el fuego azul. Subimos el ritmo y llegamos abajo. Allí pude ver por fin el fuego azul.

El fuego azul ocurre por la expulsión del azufre que con el oxígeno, prende fuego del color azul. Nos pusimos las máscaras de gas para protegernos de los gases y me hice varias fotos con el fuego azul detrás. Poco a poco empezaba hacerse de día y se podía ver más dentro del volcán. Yo empecé a subir de nuevo para quitarme de los gases, ya que con el viento que hacía ocurría que algunas veces estuviéramos rodeado del gas.

Al subir un poco por dentro del volcán, empezábamos a ver el interior completo. Se podía ver el precioso lago azul, el cual era muy tóxico por el azufre. Me hice más fotos y videos, ya que era un momento precioso de ver. También pudimos ver la otra cara, la cruda realidad de los mineros. Con martillos rompían trozos de azufre y en cestas lo llevaban hacia arriba. Un minero podía subir dos veces al día con la carga y en cada viaje podía llevar entre 60 y 90 kilogramos en los hombros. Yo intenté levantar una de esas cestas, pero solo podía levantarlo un poco del suelo. No me quería imaginar el esfuerzo que tenía que ser subir eso por dentro del volcán hacia arriba. Lo peor, solo cobran unos céntimos de euros por cada kilogramo de azufre. En un día pueden ganar a lo mejor unos 5 euros. Aparte, los mineros tampoco llevan máscaras de gas. Muchos de ellos no llegan a los 40 años por los gases que inhalan. Nuestro guía trabajaba anteriormente de minero y a día de hoy sigue trabajando de minero en temporada baja de turismo.

Mientras que subíamos por dentro del volcán empezó a llover más fuerte lo que hizo que las piedras fueran más resbaladizas. Con cuidado y pie firme subimos hasta arriba y el chubasquero me vino genial. Ahora nos quedaba todavía bajar el volcán por fuera y tardamos casi hora y media. No dejó de llover lo que hiciera que el camino estuviera también lleno de barro. Los tres llegamos por fin abajo y nos sentamos a tomarnos un té calentito, el cual habíamos merecido. Teníamos tanto frío, que nos metimos en el minibús para coger algo de calor. Eran las 07:00 de la mañana y faltaba una persona para volver al hostal. ¡Tuvimos que esperar hora y media para que llegará la otra persona! No sé que hizo para llegar tan tarde, pero todos estábamos enfadados. Queríamos volver lo antes posible para poder ducharnos y dormir un poco. Por fin salimos y tardamos hora y media en llegar al hostal. Me pegué una ducha caliente y me senté un rato para descansar. No quería dormir, ya que en breve nos teníamos que ir de nuevo.

A las 10:30 venían a por nosotros para llevarnos al puerto para coger el ferry hacia la isla de Bali. Nos montamos en el ferry y yo me quedé sentado dentro para estar con el aire acondicionado. Las chicas alemanas se quedaron afuera. Tras un corto camino, llegamos a Bali. Allí nos esperaba un chófer para llevarnos los tres a Ubud. Yo pensaba que no íbamos a tardar mucho para hacer los 125 kilómetros, pero tardamos casi 6 horas en llegar. Por el camino estuvimos charlando y durmiendo a ratos. Por fin llegué al hostal sobre las 19:00 de la noche. Quedé a cenar con las chicas alemanas, pero al final ellas se quedaron en su hostal y se fueron a dormir. Yo salí a cenar a un restaurante cercano y tras eso me fui rápidamente a dormir. Fueron unos días muy intensos con pocas horas de dormir, pero mereció mucho la pena.

El siguiente día, 19 de abril, me levanté tarde. Necesitaba dormir después de los intensos días anteriores. Desayuné tranquilamente en el hostal y estuve hablando con alguna gente sobre que hacer el día de hoy. Tenía pensado de ir a visitar el monte Batur, pero sería de nuevo hacer senderismo de madrugada. Me lo estuve pensando durante el día entero, pero al final decidí de no hacerlo.

Salí del hostal y me pedí un Uber scooter para ir a visitar las terrazas de arroz de Tegallalang. Estuve varias horas andando por las terrazas. Me senté en un pequeño bar y me tomé una cerveza mientras que estaba disfrutando de las vistas. Allí me llevé sentado un buen rato. Tras eso seguí andando y me hice varias fotos y videos. Salí de ahí, ya que estaba haciendo también mucho calor. Me pedí otro Uber scooter y me llevó al Pura Tirta Empul templo. Este templo es famoso, ya que aquí se hace la purificación spiritual bañándote en el agua. No llevaba bañador y por lo tanto no pude hacer el ritual de purificación. Pero la verdad que tampoco estaba yo muy interesado en el ritual. El templo estaba lleno de gente, en concreto, de turistas. Por supuesto, yo era un turista más, pero me esperaba algo más tradicional y local. Viendo lo que estaba viendo, no hubiera hecho el ritual hasta teniendo el bañador. Di una vuelta por el templo y salí rápidamente de allí. Me volví al hostal para descansar un poco.

Por la noche había quedado para cenar con Lola y Malina. Quedamos en un restaurante y posteriormente fuimos a una heladería a por un helado. Ellas se recogieron y yo me fui a un bar para tomarme una cerveza. Justyna también estaba por Ubud y estábamos hablando para vernos esa noche. Al final, no pudo ser ya que ella se estaba quedando muy lejos de Ubud. Me recogí y me fui a dormir.

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