Me levanté sobre las 08:00, ya que vi que había un posible tren que salía sobre las 10:00. Bajé a recepción y con ayuda de Google translate pude comunicarme un poco con la recepcionista. Le pregunté sobre un autobús o tren hacia Da Nang. Había descartado volver a Quy Nhon, ya que Da Nang también tiene playa. Ella se puso a llamar a varios sitios para buscarme al final un autobús. Al final me encontró algo y me pidió también un taxi para ir al punto de salida del autobús. Subí a por mis cosas y tras una pequeña espera, vino el taxista a por mi. Le di las gracias a la recepcionista y negocié precio con el taxista. Me pedía mucho dinero siendo solo unos 3 kilómetros. Comparado con el taxi de ayer era muy caro. Le pude bajar algo al precio y me llevó primero a un cajero y después a la parada de autobús. Pensé que el taxista se iba a ir tras eso, pero se bajó del coche y se sentó conmigo esperando al autobús. Hablamos un poco, aunque no supiera él mucho inglés. Pasaron varios autobuses y minibuses a Da Nang, pero él cada vez me decía que ese no. Al final llegó mi autobús. Le di las gracias y me monté. Pagué el viaje y el autobús me sorprendió, ya que era de tipo camas para tenderse. El viaje fueron unas 4 horas, pero muy cómodos.

Llegué a la estación de autobús en Da Nang y me senté para ver donde quedarme. Tenía la opción de ir a Hoi An unos días antes y después a Da Nang o al revés, pero al final decidí quedarme en Da Nang. Me cogí un hostal y fui para allí en Uber scooter. Tras hacer el check-in, empecé a hablar con un americano de mi habitación. Nos fuimos arriba a la terraza para que nos dieran una bebida de bienvenida. Allí empecé a hablar con el dueño, que es de Sudáfrica. Había también una grupo de gente y al final me quedé allí varias horas charlando y tomándome unas cervezas. Le pregunté al dueño que donde podía ver el partido del Arsenal y me dijo que él me lo podía poner ahí mismo también. Me quedé allí viendo el partido y Arsenal ganó el derbi contra el Tottenham. Tras eso hablé con el americano y nos cogimos un Uber para ir al centro. Nos dejó en el puente del dragón, donde a las 21:00 había un espectáculo. En el puente había muchísima gente y cortaron hasta el tráfico. Nos pusimos en un sitio cerca de la boca del dragón y poco después empezó a echar llamas por la boca. Se notaba el calor que desprendía directamente. Echó varias veces llamas y finalmente terminó echando agua por la boca, lo que hizo que todo el mundo saliera corriendo para atrás. Terminé empapado de agua, pero contento.

La sonrisa se me quitó rápidamente de la cara, ya que miré mis bolsillos y me di cuenta que la cremallera del pantalón estaba abierta y mi cartera no estaba ahí. Me acababan de robar la cartera sin darme cuenta. Como dije, había muchísima gente y pasando por mi lado sin parar como es lógico. En cualquier momento cuando yo estaba haciendo fotos me podían haber metido la mano. Pensándolo después, creo que ha sido un buen toque de atención. Estaba yo ya demasiado confiado y pensaba que por el sudeste asiático no me iba a pasar nada. En ningún momento me había sentido en peligro. Combinado con las varias cervezas que llevaba encima, creo que perdí el estar pendiente de la situación. Perdí unos 40 euros de valor en efectivo y una tarjeta de crédito, la cual pude bloquear directamente. Disgustado y enfadado por la situación me despedí del americano y me volví al hostal pidiendo un Uber.

El siguiente día, 5 de mayo, me levanté sintiéndome todavía disgustado por la situación de ayer. De repente, me sentía inseguro. Por la tarde me cogí la bicicleta y me fui a dar un paseo por el paseo marítimo. Da Nang es llamado a veces el Miami de Vietnam por el largo paseo marítimo lleno de edificios y chiringuitos. Di una vuelta, cené y me recogí.

El siguiente día, 6 de mayo, fue más de lo mismo. No tenía ganas de explorar y cogí de nuevo la bicicleta para dar paseos por el paseo marítimo.