Noches de linternas iluminadas 07/05/2024 – 09/05/2024 Hoi An (Vietnam)
Noches de linternas iluminadas 07/05/2024 – 09/05/2024 Hoi An (Vietnam)

Noches de linternas iluminadas 07/05/2024 – 09/05/2024 Hoi An (Vietnam)

Desafortunadamente, el robo me había dejado un mal sabor de boca sobre Da Nang y decidí marcharme. Cogí un Uber moto para que me llevará a la ciudad de Hoi An, el cual estaba a una hora al sur de Da Nang. Tras un viaje cómodo, llegué al hostal y salí para almorzar. Mia y Mickey me habían recomendado un sitio bueno y fui allí a comer. Tras eso me fui a dar una vuelta por el casco antiguo de Hoi An. Varias horas después, me volví al hostal para organizar los próximos días. En recepción contraté un tour para el siguiente día.

A la hora del atardecer salí a la calle y me fui al puente principal. Había muchísima gente y esta vez tenía las manos en los bolsillos para que no me robaran de nuevo. Se estaba haciendo de noche y el puente y el río empezaba a alumbrarse con las típicas linternas de por aquí. El río estaba lleno de barquitos paseando con turistas. Hice varias fotos y me fui a cenar. Después de eso me fui a dar otra vuelta y me recogí.

El siguiente día, 8 de mayo, me levanté temprano para estar listo para el tour. Estaba bastante cansado, ya que me había acostado tarde al haber estado hablando con Justyna un buen rato. El minibús vino a por mi y dentro habían dos parejas jóvenes: una de Italia y la otra, como no, de Holanda. Estuvimos hablando y conociéndonos y tras una hora llegamos al destino.

En este tour íbamos a hacer tres cosas. Lo primero fue hacer nuestra propia linterna de tela. La forma ya estaba hecha de madera, lo que había que hacer es aplicarle las telas. Elegí el rojo y amarillo, los colores de Vietnam y España. Con pegamento había que pegar las telas por las maderas y posteriormente cortar el exceso de tela. Fue entretenido, pero me di cuenta que cortar recto no era lo mío. Me recordaba a mis tiempos en guardería haciendo este tipo de manualidades. Tras terminar la linterna, nos fuimos a la clase de cocina. Íbamos a preparar cuatro platos: unos rollitos de primavera en papel de arroz, una ensalada de papaya con nueces y pollo, una tortilla con gambas y verduras y una sopa de fideos con carne de búfalo. Entre los cinco nos pusimos a preparar todo: cortando, enrollando, batiendo y friendo. Nos quedaron unos platos muy bonitos y con una buenísima pinta. Tras el esfuerzo de hacer la linterna y cocinar, teníamos bastante hambre. Por fin nos pudimos sentar a comer lo que habíamos preparado y estaba delicioso la comida. Los rollitos de primavera estaban tan frescos que estaban buenísimos.

Tras terminar de comer y con la energía recuperada, nos montamos en los barquitos típicos de aquí. Son redondos en forma de pirámide invertida y a día de hoy se suelen usar todavía para la pesca. Yo me monté solo en un barquito con el guía y me llevó durante 45 minutos por los ríos. Estaba bonito, pero el sol pegaba muy fuerte y hacia mucho calor. Pagué 100.000 dong (unos 4 euros) y me monté en otro barquito para que me diera vueltas rápidamente. Estaba chulo para las fotos y videos que me hicieron, pero salí mareado de ahí. Necesitaba un minuto para cambiarme de nuevo a mi barco y tras eso volvimos a tierra firme. Con el minibús volvimos al hostal de nuevo para finalizar el tour. Tras las vueltas en el barquito, yo todavía me sentía mareado y al llegar al hostal me metí en la cama para dormir la siesta. Por la noche salí a cenar y me recogí temprano.

El siguiente día, 9 de mayo, tenía otro tour contratado por el hostal. Me levanté temprano y a las 09:30 vinieron a por mi. Esta vez el minibús iba lleno de gente. Teníamos un guía y por el camino él nos iba explicando varias cosas sobre la historia de Vietnam, el lenguaje y nuestra visita. Iba a visitar las Ba Na Hills, lo cual está en la cima de una montaña. Tras una hora de camino, llegamos a la estación del teleférico. Este teleférico es uno de los más largos del sudeste asiático y está repartido en dos tramos. El primer tramo es el más largo y tarda unos 20 minutos en llegar arriba. Me bajé del teleférico y fuimos directamente a lo que más ganas tenía de ver: el Golden Bridge o mejor dicho, el puente de oro. La foto es famosa: dos manos gigantes de piedra sosteniendo el puente de oro. Me hice varias fotos y videos y di una vuelta por el puente. Desafortunadamente, habían muchos turistas en el puente, pero aún pude disfrutar de las vistas. Tras eso, nos dieron una hora de tiempo libre para visitar el resto del recinto. Habían varios jardines y estuve por ahí dando vueltas. Pasada la hora, nos montamos en el segundo teleférico para llevarnos al pueblo francés. Al llegar ahí aluciné de lo que estaba viendo. Era como un parque de atracciones, pero la temática era Francia. Parece que Vietnam sigue queriendo a Francia tras haber estado colonizado por ellos durante 100 años.

Antes de explorar el parque, nos fuimos a almorzar en un buffet. Me senté con dos chavalas de México y pasé un buen rato charlando con ellas. Tras eso me fui solo a explorar el parque. Había mucho que ver, pero poco tiempo y no quería depender de otras personas. Durante las próximas dos horas estuve andando por el parque, viendo un mini Louvre, un castillo gigante que parecía de un cuento de hadas y el Notre Dame. Se podía entrar en varios sitios, pero lo que más me gustaba era simplemente andar por el aire libre y disfrutar del paisaje y los edificios. Tras pasear por el pueblo francés, subí a otra parte en la cima de la montaña. Ahí había una pagoda y un mirador sobre el pueblo francés. Se empezó a nublar por la altura que estaba y hacía un bonito efecto viendo pasar las nubes por la montaña.

Con el guía volvimos a coger los dos teleféricos para bajar hasta abajo. En el minibús volvimos al hostal en Hoi An. Tras un pequeño descanso, quedé con la pareja holandesa de ayer a cenar. Nos fuimos a un restaurante donde solo había un menú: rollitos, lechuga, verduras, carne en un pincho y papel de arroz. La camarera nos explicó como prepararlo y tras una demostración nos pusimos a comer. Quedamos tan llenos que hasta dejamos comida. Salimos de ahí y nos fuimos a un bar con vistas sobre el puente. Allí nos tomamos unas cervezas y estuvimos charlando y jugando las cartas. Tras eso nos pusimos a jugar también al yenga y se unieron dos chavalas de Noruega con nosotros. Ya tarde, nos recogimos todos.

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