Estaba dormido y encendieron las luces dentro del autobús. Ya habíamos llegado a Ha Giang y eran las 03:30 de la mañana. Iba dejando a todos los pasajeros en sus hostal y tuve que esperar un poco hasta que llegará a mi hostal. Hice el check-in y entre unos pocos nos llevó el recepcionista a nuestra habitación compartida. Me tocó la peor cama, ya que estaba durmiendo casi al lado de un tío porque faltaba un separador entre ambas camas, lo cual si había en otras camas. Al final me quedé dormido, aunque fuera un poco incómodo. Me desperté a las 10:00 de la mañana y bajé para desayunar, pero vi que ya no quedaba mucha comida. Entre la cama y el desayuno, no me estaba dando buen sentimiento el hostal. También organizaban el tour de tres días en moto, pero vi que hoy salía un grupo grande de unas 20 personas. No tenía ganas de ir con un grupo tan grande por la carretera.
Online encontré otro hostal que organizaba tours de máximo 8 personas. Tras hablar con ellos por WhatsApp y responderme las varias preguntas que tenía, contraté la noche y el tour de tres días con ello. Hice el check-out en el hostal que estaba y me fui al hostal nuevo. Al llegar allí, todo mucho mejor. Me daba mejor sentimiento este sitio que el anterior. Pude entrar directamente en la habitación y parecía que estaba solo en todo el hostal. Me imaginaba que la gente ya habían salido para hacer el tour.
Durante el día salí a comer y llevé la ropa a la lavandería, el cual me la lavó y secó en dos horas. También me puse a organizar mi viaje después de Vietnam. Así me pasé la tarde y llegó un momento que me preguntaba si iban haber más gente conmigo en el tour. El hostal seguía vacío. Bajé a recepción y me dijeron que habían al final unas 10 personas para mañana. Subí a mi habitación y ahí me puse con mi música y organizando la mochila. Por fin llegaron más gente: entró una chavala y una pareja. Directamente vi que la chavala era española y empecé a hablar con ella. Tras eso, salí a cenar y me recogí. Tras el largo día de ayer, necesitaba hoy descansar bien y me acosté temprano.

El siguiente día, 31 de mayo, teníamos que estar abajo a las 08:30 para desayunar. Al final seríamos solo los 4 en el tour, lo que me pareció estupendo. Conocimos también a nuestros conductores: el guía principal, Viet, llevaba a la española Judith en una moto. La pareja de Canadá, Oliver y Mary, iban juntos en la segunda moto. En la tercera y última moto iba yo con mi conductor Niet. Tras una pequeña charla salimos afuera para ponernos protección en las piernas y los brazos y por supuesto el casco. Salimos de la ciudad y a partir de ahí empezó el espectáculo. Es difícil de describir los paisajes tan bonitos que he vistos. Hasta en las fotos que he hecho no se aprecia del todo lo espectacular que eran las vistas. En la primera hora de camino ya tuvimos un inconveniente. Oliver había pinchado la rueda trasera. Hicieron montarme con Viet y Judith los tres en una moto: Judith entre nosotros dos. Posteriormente entendimos que pensaban que éramos pareja y por eso decidieron eso. Mary se montó con Niet y así podía ir Oliver solo y despacio a la próxima parada donde tras una corta espera pudieron arreglar la rueda.


Seguimos nuestro camino y tuvimos varias paradas, lo cual me gustó ya que así no se hizo largo el viaje. Las paradas eran varios miradores y algunos con bares o kioscos. En el primer día haríamos unos 80 kilómetros. A medio día hicimos una parada para almorzar. Después de eso estuvimos varias horas más conduciendo hasta que llegamos sobre las 15:00 a nuestro hostal. El hostal era de madera a las afueras del pueblo. Yo tenía contratado el tour con dormitorio compartido, pero al final me dieron a mi y a Judith habitaciones privadas. Oliver y Mary sí habían contratado habitación privada. Dejamos las cosas en las habitaciones y nos fuimos en motos a visitar una cascada a unos kilómetros fuera del pueblo. Al llegar allí anduvimos un poco y allí ya vimos la cascada. Era pequeña, pero lo que venía bien era poder meternos en el agua. Judith y yo nos pedimos una cerveza y allí estuvimos charlando y bebiendo un buen rato metidos en el agua. Pensábamos que íbamos a estar allí hasta el atardecer, pero a las 16:30 nos volvimos al hostal. Teníamos tiempo libre hasta las 19:00 que era la hora de cenar.

Los cuatros salimos a andar al pueblo para buscar un bonito sitio para ver el atardecer. Pasamos por el pueblo y nos metimos por los caminos de campo. Allí pasamos por muchas campos de maíz y delante nuestra veíamos el sol bajando detrás de las montañas. Vimos que a nuestra izquierda había una carretera la cual queríamos coger para volver por ahí de nuevo al pueblo. Le señalamos a un hombre la carretera y con la mano nos hizo la señal de que le siguiéramos. Pasamos por su casa y su familia y nos llevo por su campo hasta un pequeño río. Sorprendido, nos dijo que pasáramos por aquí para cruzar y después teníamos que cruzar un campo de maíz para llegar a la carretera. Confiamos en el señor y cruzamos con cuidado el río y el campo y al final llegamos a la carretera. Desde ahí le dimos las gracias al señor y su familia.

Volvimos al hostal y tras una ducha, nos sentamos a cenar. Viet nos dio también un chupito a cada uno de “Happy Water”, que sabe a un chupito de tequila pero está hecho de arroz y es típico de Vietnam. Cenamos y pedimos a la gente del hostal si tenían algo de postre o helado. Los pobres nos trajeron un plato con rodajas de pepino. Después de eso nos pusimos a jugar las cartas entre los cuatro y al rato nos pusimos a jugar el juego de cartas de Uno. Al rato se nos acercó un niño pequeño de la familia del hostal y le dijimos que jugará con nosotros. El niño, de 7 años, parecía un profesional jugando al Uno. Siempre con cara sería y centrado en el juego. Era un muñeco el niño y tenía todo el arte. Se juntaron con nosotros también una pareja de Inglaterra y ahí nos llevamos varias horas charlando y jugando. Al final el niño se tuvo que ir a dormir y nosotros también nos fuimos ya a la cama.

El segundo día del tour, 1 de junio, bajamos para desayunar y tras eso seguimos nuestro camino. Hoy haríamos 120 kilómetros y era el día con los paisajes más bonitos, pero también con las carretas más difíciles. Habían partes que no estaban asfaltadas y subidas y bajadas de más de 10 por ciento. Todo fue bien y durante el medio día tuvimos una parada en un río. Nos montamos en un barco de bambú y bajamos por el río hasta una cueva. Allí nos metimos en el agua y fuimos nadando hasta la entrada de la cueva. Yo nadé un poco más y me metí dentro de la cueva para explorarla un poco. Nos quedamos un buen rato en el agua y sentados en las rocas disfrutando del sol. Tras eso volvimos a las motos y nos fuimos a almorzar. Almorzando vimos un grupo grande de tour de unas 20 personas y la verdad que me gustó ser solo 3 motos en vez de 20.

Seguimos nuestro camino y llegamos a la punta más norte de Vietnam, donde pudimos ver desde lejos la frontera con China. Terminamos el camino de hoy y llegamos al pueblo de Dong Van. Hicimos el check-in y de nuevo nos dieron habitaciones privadas. Esta vez en la tercera planta con unas vistas espectaculares sobre el pueblo y las montañas. Eran las 17:00 y de nuevo teníamos tiempo libre hasta las 19:00. Tras los dos días en moto, me dolían las piernas por el esfuerzo en las bajadas por las montañas. Necesitaba un masaje y Judith me acompañó. Encontramos un sitio y allí nos dieron a los dos un masaje de una hora. La mujer mayor me dio una paliza: empezó metiéndome los dedos por la cabeza y el cuello de una forma brusca. Siguió después por la espalda usando sus manos y codos. Después siguió por las piernas y posteriormente me hizo unos movimientos crujiéndome la espalda. Terminó poniéndose de pie en mi culo y espalda. Entré en la salón de masaje con dolor de rodilla y piernas, pero salí de ahí como nuevo y lleno de energía.


Volvimos al hostal para cenar y después de eso nos llevó Viet a la plaza principal del pueblo. Allí estuvimos varias horas participando en la fiesta que habían montado. Con música y unos bailarines, nos pusimos entre todos a seguir los pasos de baile. A las 21:30 montaron una hoguera y con la música nos pusimos a bailar y dar vueltas por la hoguera. Hablé con alguna gente local y se hicieron hasta fotos conmigo. Pasé un muy buen rato en la plaza y disfruté de la música local y los bailes. Sobre las 23:00 nos volvimos al hostal y invité a los otros que vinieran a mi terraza para tomar una cerveza. Oliver y Mary al final se quedaron en su habitación y me llevé charlando durante una hora con Judith ahí. Ya tarde, nos fuimos a dormir.
El tercer y último día del tour, 2 de junio, me levanté a las 08:00 y tras una ducha, bajé para desayunar. Hoy teníamos el día más largo en carretera: 150 kilómetros. Salimos y vimos que iba a ser carretera buena y asfaltada. Igual que los días anteriores, tuvimos varias paradas para poder disfrutar de las vistas. Almorzamos y tras eso seguimos nuestro camino hasta Ha Giang. Por el camino nos paramos también en un mirador sobre un pueblo, el cual tiene tres pequeñas montañas en el centro del pueblo.

Antes de hacer el tour había escuchado ya historias de accidentes. Hoy podía haber sido yo también una de esas historias si no fuera por la reacción rápida de mi conductor Niet. La primera moto con Viet y Judith adelantó un camión y la segunda moto con Oliver y Mary y la tercera con Niet y yo adelantamos también en ese momento. Viet pasó sin problemas, pero Oliver y Niet vieron de repente un camión que venía de frente. Oliver pasó de chiripa, pero nosotros no íbamos a poder pasar. Niet frenó directamente pero estábamos a mitad del camión adelantado y no daba ya tiempo de meternos detrás del camión. En un reflejo se metió por el arcén izquierdo pasando piedras y arena y el camión paso por nuestro lado. Le di unas palmadas en el hombre a Niet por la buena maniobra que había hecho. Paramos directamente y al final nos quedamos todos riendo por lo que había pasado. Me senté en un silla a disfrutar de nuevo del paisaje como si nada hubiera pasado.

A las 16:00 llegamos de vuelta al hostal en Ha Giang. Nos despedimos de nuestros conductores y nos quedamos un rato en el hostal organizando el equipaje y la ropa sucia. Por la noche salimos a cenar los cuatros y después de eso me monté con Judith en el bus nocturno hacia el próximo destino: Sa Pa.

