Hoy es mi cumpleaños. ¡Un año más! Es raro celebrar el cumpleaños al otro lado del mundo y sin mis seres queridos, pero mi familia me envió unos mensajes y videos bonitos. También pienso que al final estoy haciendo lo que siempre he querido hacer: descubrir mundo.

Por la mañana me levanté temprano, ya que tenía contratado un free tour por la isla de Hong Kong. A las 10:30 tenía que estar en el punto de encuentro y para eso me cogí el metro para cruzar a la otra isla. Antes de eso me fui a un restaurante cercano para desayunar. Aparentemente el desayuno típico aquí es pan con huevos fritos, té con leche y un plato de macarrones con cachitos de jamón york. Todo eso por unos 5 euros, lo cual no está mal siendo Hong Kong. Con el estomago lleno llegué al punto de encuentro, pero no había nadie por ahí. Di varias vueltas por el edificio, pero nada. Ya había leído online anteriormente que en algunas ocasiones no venía el guía por poca gente en el tour. Me acerqué a una mujer para saber si ella era la guía, pero me dijo que no. Era guía de otro grupo, pero se informó por mi para ver que pasaba. Al final me ofreció de irme con ella en su tour, pero tenía que pagarle 100 dólares de Hong Kong. Acepté, ya que tenía ganas de un tour. Me llevó al resto del grupo y ahí empecé a conocer varias personas. El grupo completo era de Asia: algunos de Corea del Sur, otros de Filipinas y algunos más de China. Por el camino estuve hablando con algunos de ellos. Tuve mejor rollo con un chaval de China, llamado Chengjia, que vive en Londres.

El tour empezó por el mercado antiguo de Hong Kong. De eso ya quedaba poco, solo habían algunas imágenes. La guía nos empezó a explicar un poco sobre la historia de la isla. Tras eso nos fuimos andando a la escalera mecánica más larga del mundo, un total de 800 metros. La parte donde está mi hostal, Kowloon, es casi completamente plano, pero la isla de Hong Kong está llena de montañas y cuestas. Debido a esto, pusieron estas escaleras mecánicas para que la gente pudieran subir y bajar fácilmente para acudir a sus trabajos y su día a día. La mayoría de la gente que viven en la isla de Hong Kong trabajan en el sector financiero y viven en las partes altas de la isla. Por eso, las escaleras mecánicas van para abajo desde las 6 hasta las 10 de la mañana. Así pueden bajar rápidamente abajo para acudir a su trabajo. El resto del día, las escalares mecánicas van para arriba. Cogimos las escaleras y subimos hasta un museo, lo cual fue antiguamente la prisión Victoria Gaol. Fue edificada por los británicos en el siglo 19. Aparte de la prisión, construyeron también la comisaria de la policía y un juzgado. Eso significaba que un delincuente podía pasar desde la comisaria al juzgado y si fuera declarado culpable, directamente a la prisión. Este sistema de tener las tres facetas del sistema en un recinto es algo excepcional y poco visto mundialmente.

Paseando por el recinto pudimos ver las celdas de los prisioneros, las cuales fueron bastante pequeñas. Al principio solo metían ahí uno o dos presos, pero en tiempos de guerra o rebeldía, podían meter hasta 8 o 10 personas. Viniendo de Vietnam, me sorprendió ver el nombre de Ho Chi Minh, ya que el antiguo presidente de Vietnam estuve en esta cárcel preso durante un tiempo. Se escapó de Vietnam para no ser arrestado por los franceses en 1930, pero un año más tarde fue arrestado en Hong Kong.
Tras eso nos fuimos andando hacia un edificio donde vivían los guardias de la cárcel y los policías. Les ofrecían vivienda gratuita por su empleo, pero la vivienda dentro del piso no era muy grande. La familia entera tenía que dormir en literas. Seguimos nuestro camino por el barrio de Soho y la última parada fue el templo de Man Mo. Un templo bonito de ver entre todos los edificios grandes alrededor. Con eso terminó mi tour. El resto del grupo si seguía ya que tenían contratado con almuerzo incluido, lo cual yo lógicamente no tenía. Me despedí del grupo y quedé con Chengjia para vernos más tarde cuando él acabará.
Me fui a dar una vuelta por el barrio de Soho. Es un barrio encantador lleno de cultura y moderno. Durante dos horas estuve andando por ahí y poco a poco me fui acercando al tranvía de “the Peak” para subir hasta arriba de la montaña. Compré la entrada al tranvía online, ya que vi mucha gente esperando a la cola. Me quedé un rato esperando si venía Chengjia también, pero al final él se quedó en un museo y yo decidí de subir arriba. Me monté en el tranvía y al llegar arriba pude ver directamente las espectaculares vistas que había. Ayer pude ver toda la bahía desde Kowloon mirando hacia Hong Kong. Hoy podía verlo desde Hong Kong hacia Kowloon y además, desde la montaña. Me quedé un rato ahí en el mirador disfrutando de las vistas. Después de eso me fui hacer una ruta de senderismo por la montaña. La ruta es por la calle Harlech, la cual rodea completamente la montaña Victoria con una distancia de unos tres kilómetros. Por esto camino pude ver así las vistas desde todos los ángulos. Me harté de hacer fotos y estuve disfrutando mucho de lo que estaba viendo. Me quedé parado en un sitio precioso con el sol detrás de las nubes pero con el reflejo en el mar. Ahí me puse a pensar sobre mi día de cumpleaños y que estaba al otro lado del mundo sin mis seres queridos. Pero también estaba pensando en lo orgulloso y afortunado que estaba de poder estar aquí. No me hubiera imaginado hace unos años de estar casi siete meses viajando por Asia. Pensando en todo esto se me saltaron algunas lagrimas detrás de las gafas de sol, pero eran lagrimas de felicidad.

Tras hora y media caminando y parando haciendo fotos, llegué de nuevo al punto de inicio. Eran las 18:15 y quería llegar a la bahía a las 20:00 para ver un show de drones. Me había enterado en el tour que hoy era festivo en Hong Kong y China por ser el festival del dragón. Miré cuanto tiempo sería andando hacia la bahía y me ponía una hora y cuarto. Chengjia me habló de nuevo, pero él se quedó al final viendo algunos museos. Yo empecé mi camino hacia abajo y la verdad que fue algo intenso. La bajada era bastante inclinada y tras media hora mis rodillas empezaban al notarlo. Viendo la hora que era, sabía que no podía pararme mucho. Al final llegué abajo a la ciudad y ya por lo menos era todo más plano. Por el camino también estuve pensando en un reto nuevo para mi: me había propuesto hablar con una persona nueva todos los días. Tendría que ser una charla con alguien y llegar al punto de saber el nombre de la otra persona. Hoy esa persona fue Chengjia.


A las 19:45 llegué a la bahía de la isla de Hong Kong y me cogí un buen sitio para ver el show de drones. Tras una corta espera empezó el show y estuvo muy bien. Mas de mil drones se pusieron hacer diferentes animaciones en el cielo y al fondo las preciosas vistas de la ciudad. Tras el show me quedé un rato viendo el ambiente, ya que había un concierto y varios espectáculos por ser día festivo. Ya cansado de todo el día, decidí de volverme a la zona de mi hostal. Me busqué un restaurante para tener una buena cena por mi cumpleaños y me harté de comer. Con eso ya estaba contento con el día. No sople velas, pero también me daba un poco igual. Volví al hostal y me metí en la cama.
