Ayer me acosté sin un plan en concreto y por eso me levanté tarde. Me quedé un buen rato en la cama y estuve de relax. A media tarde entró una chavala en la habitación compartida. Al rato empecé a hablar con ella, llamada Charlotte de Inglaterra. Ella acababa de llegar a Hong Kong y no tenía plan todavía. Le propuse de ir a visitar el “Monster Building”, unos bloques de pisos gigantes y famosos por albergar a miles de personas. Cogimos el metro y llegamos allí. Nos hicimos varias fotos, pero al final me esperaba yo algo más. Sí, es un bloque de piso gigante, pero no tan imponente como pensaba.

Salimos rápido de ahí y nos fuimos a dar una vuelta por el parque Victoria. Allí dimos un paseo y tras eso cogimos el metro para pasar a Kowloon. Queríamos ver a las 20:00 el show de luces sobre la bahía. Yo ya lo había visto la primera noche, pero de todos modos seguía siendo una experiencia bonita de ver. Tras eso nos fuimos a buscar un restaurante para comer los dos. Encontré un sitio de Dim Sum y allí fuimos. La cocina estaba casi cerrando y nos dijeron que teníamos que ser rápido. Pedimos unos Dim Sum y estaban muy buenos. Mientras tanto la camarera ya nos estaba metiendo prisa de que nos teníamos que ir aunque estábamos comiendo todavía. Pasando la fregona por nuestros pies, terminamos de cenar y salimos de ahí. Le dije de ir a visitar el bar Ozone, el bar más alto del mundo. Cogimos el metro al centro comercial y ahí dentro nos costó algo de trabajo de encontrar el sitio. Al final vimos que había que entrar por el hotel Ritz Carlton y subimos hasta la planta 118 a 480 metros de altura. Me sentía un poco fuera de lugar ahí al no ir vestido del todo decente para el lugar que era. No nos pusieron problemas y pudimos entrar dentro. Desafortunadamente no habían mesas en la parte de las vistas sobre la ciudad, pero cogimos un mesa dentro y nos pedimos algo de beber. Yo me pedí una cerveza por el modesto precio de 18 euros. Pero oye, no se está todos los días en el bar más alto del mundo. Con nuestras bebidas nos fuimos a la terraza para ver desde ahí las vistas de noche sobre la ciudad. Fue muy bonito de ver todas las luces desde tan alto. Volvimos a nuestro sitio y estuvimos ahí hablando un rato. También se nos acercó el camarero y estuvo charlando con nosotros. Llamó hasta al jefe de relaciones públicas para que hablará con nosotros. El jefe nos preguntó de donde éramos y como habíamos encontrado este sitio. Se notaba que era jefe de relaciones públicas por su manera de hablar y presentarse. Terminamos nuestra bebida y decidimos de volver al hostal.

El siguiente día, 12 de junio, me levanté temprano para visitar otra isla de Hong Kong. Tuve el plan de visitar Macao, pero me pareció muy caro para lo que iba a ver allí. Al final decidí de ir a la isla de Lantau. Cogí el metro durante media hora y llegué a la isla. Allí tenía la opción de coger el teleférico, pero me pareció muy caro cuando vi que también había un autobús local. Cogí el autobús número 23 y así pude ver durante 40 minutos gran parte de la isla. Llegué al pueblo de Ngong Ping y vi directamente que era probable que no iba a ver mucho hoy. El pueblo está en las montañas y había bastante niebla. Me fui andando hacia el monasterio de Po Lin y allí me puse a explorar el recinto. Me encantó el sitio ya que me daba mucha paz y pude informarme más sobre la vida del buda. También me gustó mucho la arquitectura del monasterio. Habían muchos detalles en los edificios con muchos colores.

Tras el monasterio fui a visitar el camino de la sabiduría. Es un camino corto por la montaña con unos pilares alto con escrituras en chino. El efecto de la niebla hiciera que fuera muy bonito de ver: le daba un toque de misterio. Di una vuelta por ahí y tras eso me fui a visitar a la estatua de un buda sentado encima de la montaña: el buda Tian Tan. Ya en el monasterio pude leer como fue la construcción. La cara del buda es por ejemplo de unos 30 metros de largo y hecho de una pieza solo, lo cual fue un gran reto hace 40 años.

Empezó a llover fuerte y me tuve que quedar un rato esperando bajo un pequeño techo para no mojarme. Una vez dejó de llover, subí por las escaleras arriba para ver al buda. Desde abajo ya no se podía verlo por la niebla, lo cual si fue posible al llegar allí por la mañana. Al llegar arriba, se veía solo la silueta de la estatua. Empezó a llover de nuevo y entré adentro para ver el museo. Di una vuelta y al salir ya había dejado de llover y la niebla se había ido también. Pude hacer así algunas fotos de la estatua y disfrutar de las vistas desde arriba. Al rato bajé abajo y me fui a dar una vuelta por el pueblo. Rápidamente vi que era todo hecho para el turista y no me llamaba la atención. Me fui a coger el autobús de vuelta y tras eso el metro al hostal.

En el hostal me puse a organizar los próximos días. Mañana cogería un vuelo hacia la capital de China, Pekín. Para viajar a China hay que ir algo preparado, ya que por ejemplo WhatsApp, Instagram, Google, Gmail, etc. no funcionan por el bloqueo del gobierno. Estuve mirando para contratar un VPN, pero tras preguntarles a varios viajeros que había conocido recientemente y que estaban por China, me decidí por dos VPN´s para estar seguro. Me descargué también varias aplicaciones como un traductor y también el Alipay, una aplicación lo cual es usado para pagar todo desde metro hasta cenas en restaurante.
Dentro de la habitación compartida vi de nuevo a Charlotte. Me propuso de ir con ella a ver una carrera de caballos, lo cual organizan todos los miércoles por aquí. También conocí ahí a Lukasz, un aleman, y a Madee, un suizo. Estuvimos hablando un buen rato entro los 4 y al final se fueron ellos 3 a ver la carrera de caballos. Me lo estuve pensando de ir con ellos, pero tenía que ser responsable e ir bien preparado a China.
Salí a la calle en busca de una tarjeta SIM que me valiera también dentro de China. Pregunté en dos tiendas y al final decidí de comprármela ahí para ya ir con eso preparado. Di una vuelta más por el barrio, ya que había mucho ambiente. Encontré un restaurante y allí me quede cenando. Tras la cena me acerqué al supermercado para comprar algo de comida para el desayuno de mañana y me volví al hostal para dormir. Mañana me tenía que levantar temprano para coger el avión.