17 de febrero de 2025. Fue una noche calurosa y me desperté con la claridad de afuera. Me duché y recogí mis cosas para poder hacer el check-out. Salí a la calle en busca de un desayuno, pero no encontré un sitio que me gustará. Al final me fui andando hacia la parada del colectivo para que me llevará a visitar las ruinas de Edzná. Por el camino compré unos plátanos y algo para desayunar. Al llegar a la parada, me llamó el conductor de un colectivo que estaba pasando para que entrara. Pensaba que estaba saliendo, pero me hizo entrar y aparcó directamente. Ahora me tuve que salir de nuevo para que salieran todos los pasajeros. No entendí nada y al final tuve que esperar 15 minutos hasta que salieramos. Una hora más tarde llegué a la zona arqueológica de Edzná.

Edzná fue una ciudad importante de la civilización maya que prosperó entre el 600 a.C. y el 1500 d.C. No me había informado para nada sobre el recinto y por lo tanto no sabía que esperarme. Algunas veces pienso que debería de informarme más, pero en esos momentos me encanta ser sorprendido. Andando en la selva y de repente ver entre los arboles los monumentos gigantes es impresionante. Literalmente me quedé con la boca abierto a ver lo que tenía enfrente. A día de hoy quedan algunos edificios en pie:

– La Gran Acrópolis (Templo de los Cinco Pisos): Esta estructura emblemática mide aproximadamente 40 metros de altura y cuenta con cinco niveles, lo que la hace única en la arquitectura maya. Servía tanto para fines ceremoniales como administrativos.

– La Gran Plaza: Un amplio espacio abierto rodeado de estructuras, utilizado probablemente para ceremonias y reuniones importantes.

– Sistemas hidráulicos y canales: Edzná es conocida por su avanzado sistema de manejo del agua, que incluye canales, reservorios y acueductos. Estas innovaciones apoyaban la agricultura y abastecían a la población.
– Juego de pelota: Como muchas ciudades mayas, Edzná tenía un campo para el juego de pelota mesoamericano, que tenía un significado religioso y social.

Me llevé un buen rato explorando todos los monumentos, pero de vez en cuando tenía que buscar algo de sombra debajo de los árboles por el calor que hacía. Por el camino hacia la salida vi también muchas iguanas. Salí del recinto y tuve que esperar media hora hasta que me recogió el colectivo de vuelta. Al llegar a Campeche di un pequeño paseo por el centro. Me gusta el ambiente que tiene el centro histórico. Encontré un restaurante con comida local y ahí me pedí varios platos pequeños para almorzar. Volví al hostal para recoger mis cosas y me fui andando hacia la estación de autobús. Cogí el autobús hacia Mérida y llegué sobre las 21:00 al hostal. Salí a comer algo y me recogí.