Aprendiendo mucho sobre la historia mexicana – Ciudad de México (México)
Aprendiendo mucho sobre la historia mexicana – Ciudad de México (México)

Aprendiendo mucho sobre la historia mexicana – Ciudad de México (México)

Me desperté sobre las 9 de la mañana y bajé a desayunar. Le hablé a Inma por si me acompañaba a visitar el Museo Nacional de Antropología.

Ella cogía el avión por la tarde, pero quería visitarlo también. La recogí en su hostal y nos fuimos en Uber hacia el museo. Ya habíamos escuchado que el museo es gigantesco y que se necesitan varias horas para verlo completamente. Yo la verdad que no soy mucho de museos, pero tras escuchar la historia de México tenía interés de aprender más.

Visitamos las salas sobre los aztecas, los mayas y la sala principal. Ahí se podía ver la pieza más importante: la Piedra del Sol. La Piedra del Sol, también conocida como el Calendario Azteca, es una impresionante obra de arte y un importante símbolo de la cultura mexica. Esta enorme escultura de basalto, que pesa alrededor de 25 toneladas, fue tallada en el siglo XV. La piedra representa el cosmovisión azteca y está decorada con intrincados relieves que ilustran la mitología, la astronomía y el tiempo. En el centro, se puede ver la cara del dios del sol, Tonatiuh, rodeado por varios símbolos que representan los diferentes ciclos del tiempo y las eras del mundo según la creencia azteca. Aunque a menudo se le llama «calendario», en realidad no es un calendario en el sentido moderno, sino más bien una representación de la forma en que los aztecas entendían el tiempo y su relación con el universo.

Salimos del museo y cogimos de nuevo un Uber para ir al centro para comer en el mercado de San Juan. Ahí vimos varias cosas particulares, como muchos insectos y hasta tarántulas para comer. Otra cosa impactante, un carro lleno de corderos muertos que estaban preparando para obtener la carne. Nos sentamos en un pequeño kiosco y cogimos el menú del día por 70 pesos: arroz, sopa, quesadilla y tacos más una grande jarra de zumo. Buenísimo la comida y una vez más comprobado que la comida callejera está mucho más bueno y con mejor sabor que lo de los restaurantes. Tras almorzar ya era hora de despedirme de Inma. Fue un corto encuentro, pero me gustó pasar tiempo con ella. Ahí también me acordé de mis antiguas experiencias en Asia, donde iba conociendo gente pero también me tenía que despedir de ella. Esa es la vida del mochilero también.

Yo seguí mi camino y me fui a pasear por el centro histórico. Volví a visitar los lugares que visité ayer con el tour y también algunos sitios nuevos para poder hacer fotos tranquilamente. Con el atardecer subí la torre latinoamericana para ver desde la planta 42 un espectacular atardecer sobre la ciudad. Había echado de menos ver atardeceres.

Estuve allí una hora hasta que el sol bajó y pude hacer muchas fotos y videos. Ya oscureciendo, di una vuelta más por el parque Alameda Central, edificado en 1592 y siendo el parque público más antiguo de las Américas. Está inspirado en la Alameda de Hércules en Sevilla, el parque publico más antiguo de Europa.

Por el camino entré también en una pequeña exposición y di una vuelta más por el Zócalo. Ya cansado, me fui al hostal y me tendí en la cama para descansar un poco. Me quedé dormido temprano.

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