Ayer cuando estaba en el aeropuerto vi por un estado que Roxanne casualmente también estaba llegando a Bangkok. Esta mañana estaba pensando si escribirle para quedar o no, ya que últimamente se había enfriado mucho las cosas. Me empezó a escribir ella de nuevo tras varios días sin hablar, pero la conversación ya no fluía como antes. Decidí de hablarle y le dije de quedar ya que estaba en Bangkok también. Me contestó que sí.
Preparé mis cosas para salir del hostal para marcharme a un hostal más céntrico. El hostal de ayer lo había cogido ya que estaba al lado de la estación del tren desde el aeropuerto y por la hora en la que llegué ayer, era lo más fácil. Salí del hostal y me pedí un grab. El hostal nuevo estaba sólo a 5 kilómetros, pero tardamos casi 45 minutos por el tráfico que había. Llegué al hostal, pero todavía no podía hacer el check-in por la hora que era. Dejé mis cosas ahí y salí a la calle para comer algo. Estaba cerca de la calle Khoa San, famosa por ser la calle de los mochileros. Estuve paseando por ahí cuando vi un sitio de comida callejera con mesas y decidí sentarme. Me pedí algo de comer y me senté mirando para ver pasar la gente por la calle. Por mi mente pasó el pensamiento de que podía ver hasta Roxanne pasear por aquí, pero sería mucha casualidad en una ciudad de millones de habitantes. Cinco minutos más tarde, pasó con otra chavala delante mía y nos saludamos. Fue incomodo y al despedirnos le dije que después hablábamos para esta noche. Pensé ahí en cancelar todo ya que notaba que el feeling que había antes, ya no estaba. Pero también quería respuestas.
Terminé de comer y me fui al hostal para hacer el check-in. Tras eso, salí para comprar una tarjeta sim para tener datos por la calle. Hasta ahora no lo había necesitado por haber estado en las islas, pero ya por aquí si lo necesitaba. Entré en el 7eleven y compré como detalle para Roxanne un bote pequeño de crema de cacahuete. Recordé que en uno de nuestros desayunos ella se pidió una tostada con kaya y que ella no había probado todavía la combinación kaya con crema de cacahuete. Pensé que sería un detalle gracioso, ya que a mi me encantó esa combinación (hasta más que con mermelada de fresa).
Alex empezó a hablarme de que estaba también en Bangkok. Le dije de quedar por el centro, pero el tenía su hotel muy lejos. Estuvimos hablando un rato, pero al final sin decisiones. Yo mientras tanto estaba explorando un poco el centro andando y tras eso le hablé a Roxanne para quedar una hora por la noche. Me contestó que había quedado con un grupo para tomar algo y cenar. No era lo que esperaba, pero me dijo de que me uniera con ellos. Le dije que sí y ya me avisaría de la hora. Mientras tanto, le dije a Alex que se viniera también a tomar algo y cenar.
Tras un rato, me avisó Roxanne que iban a salir en breve a tomar algo en el tejado de un hotel en la calle de mi hostal. Yo todavía estaba en la calle y me tenía que duchar con que le dije que me unía más tarde. Alex me dijo que iba a coger un grab para mi hostal para salir juntos desde ahí. Terminé de ducharme y saliendo a la calle Roxanne me comentó que salían para cenar. Los encontré en la calle y saludé a todo el grupo. Había también una holandesa (los holandeses están por todos lados) y me puse a hablar con ella un buen rato. Llegamos al restaurante y Alex me dijo que al final no venía. Los ocho nos sentamos y el restaurante era un “hot pot”: encargas los ingredientes y tú mismo te lo haces en la plancha o en la sopa que están en medio de la mesa. Conocí al resto de la gente de la mesa y pasamos un buen rato.
Tras cenar nos fuimos a un bar para tomar algo y mientras tanto jugamos un juego de preguntas y retos por el móvil. Estuvo entretenido y tras unas horas nos fuimos a la calle Khoa San para ir a un bar con más ambiente para bailar. Durante la noche había hablado algo con Roxanne, pero no como me hubiera gustado estando a solas con ella. Mi presentimiento durante todo el día me iba a dar en breve la razón. En el bar estaba viendo ya lo que iba a pasar: delante de mí se lio con otro chaval del grupo y al rato se fueron juntos.
Salí del bar sin despedirme de los otros y tuve que pasar por toda la calle Khoa San. Eran las 03:00 de la mañana. La calle llena de gente; bebiendo, disfrutando, bailando, celebrando Navidad. Yo pasando entre la gente con cara seria y dolido. Pensé en mi familia y sabía que en ese momento estarían cenando todos juntos. Pensé en llamarlos para verlos y hablar con ellos. Pensé en que me estaba perdiendo momentos con mi sobrina, estar jugando con ella y ver su sonrisa. En ese momento necesitaba verlos, pero no quería que me vieran mal estando cenando ellos.
Hasta ahora, ese fue el momento en el que me he sentido más sólo en este viaje. Andando por la calle Khoa San, rodeado de gente, pero con un gran sentimiento de soledad y de no ser ese mi sitio. Llegué al hostal y me acosté. Mañana será otro día. Lo mejor de todo esto: tengo un bote de crema de cacahuete para mi, ya que no me lo llevé para dárselo al estar con el grupo. ¡Feliz Navidad a todos!