A las 04:30 sonó mi alarma. Ayer me quería acostar temprano tras cenar, pero tuve buen rollo con Natasha que al final me quedé mas tiempo. Había dormido solo 3 horas y necesitaba una ducha para despertarme. A las 05:00 vinieron en una furgoneta por mi y tras recoger más personas, pusimos rumbo a la frontera con Laos. Me quedé dormido directamente y llegamos a la aduana para salir de Tailandia. Tras eso nos llevaron con un autobús por un puente para ir a la aduana de Laos. Allí tuve que rellenar varios documentos y entregar el pasaporte para el visado. Tras una corta espera, me dieron el pasaporte de vuelta sellado. Quedaba pagar los 40 dólares y con eso era un turista oficial en Laos. Nos montaron de nuevo en una furgoneta y ahí vi de nuevo la pareja inglesa que conocí en Chiang Mai. Esperamos más de media hora ahí sin salir para el puerto. Pidieron una persona más en otra furgoneta que iba salir directamente y me ofrecí. Media hora de camino y llegué al puerto. Allí me recibió con un gran abrazo un niña pequeña de la tienda y se me puso a jugar conmigo. Agarrándome de las manos se puso a saltar. Nos dieron comida gratis para el viaje y tras esperar un poco llegó también la pareja inglesa. Me monté con ellos en el barco y tenía un asiento asignado, pero vimos 4 asientos con una mesa y nos sentamos. Los papelitos con los números puestos en los asientos lo quitamos del medio.

Una vez el barco lleno, pusimos rumbo en el río Mekong. Al lado mía se sentó una chavala alemana, Kaya. Su nombre igual que lo que comí en Malasia, una crema de coco para el pan. Empezamos charlando los 4 y las horas pasando volando. Kaya me enseñó jugar al backgammon y me gustó mucho el juego. Te hacer pensar y el juego puede cambiar en cualquier momento. También jugamos al monopoly en versión cartas. Algunos snacks y cervezas más y tras 8 horas llegamos al pueblo de Pakbeng. Es un pueblo muy pequeño que simplemente funciona como parada para la ruta del barco. El pueblo lleno de turistas de los barcos que habían llegado hoy. El hostal nos recogió en furgoneta y nos llevó al hostal. Tenía una habitación privada para poder descansar bien después del largo día. Tras una ducha nos fuimos con la gente del hostal a explorar el pueblo. Es simplemente una calle con restaurantes y algunas tiendas.

Era la hora del atardecer y con el cielo naranja y las vistas sobre el río, eran unas vistas preciosas. Vi por el camino a los 3 alemanes: Kaya, Tomas y Jasmin. Me quedé con ellos y nos fuimos a cenar los 4. El restaurante no fue muy bueno ya que los otros encontraron bichitos en la comida. Yo no vi nada en mi comida o no quería verlo. Tras cenar nos fuimos a otro sitio para juntarnos con la pareja de Irlanda y la pareja de Inglaterra. Allí estuvimos un buen rato tomando algo y charlando. Con Kaya estuve hablando bastante y empezamos a hablar de cosas más personales y sobre nuestras vidas. Me gustó mucho conversar con ella. Tras un rato nos fuimos y habían unos niños jugando al fútbol en la calle. El balón estaba medio desinflado y estaban jugando en una cuesta. Yo y el Irlandés nos pusimos a jugar al fútbol con los niños. Tendrían unos 6 años más o menos y ahí estuvimos jugando durante 10 minutos con ellos. Ya nos marchamos para dormir y le choque las manos a todos los niños como despedida. Era hora de coger la cama. ¡Hasta mañana!
