A las 06:30 de la mañana me sonó la alarma. Me quedé un poco más en la cama y tras una ducha salí a la calle. Miré la hora e iba tarde, ya que tenía que andar 15 minutos para llegar al punto de encuentro. Anduve rápido y llegué a tiempo para montarme en el autobús. Hoy iba a visitar la zona desmilitarizada en la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte. La situación actual de ambos países tiene que ver con la historia. En 1910 Japón conquistó a Corea, lo cual fue un solo país. Los Japoneses intentaron destruir toda la cultura coreana y la gente tenían que hablar hasta en japonés. Con el fin de la segunda guerra mundial, Japón perdió el territorio de Corea en 1945. Los dos poderes internacionales, Estados Unidos y la Unión Soviética, decidieron de repartir el país en dos: Corea del Sur con la influencia democrática y Corea del Norte con la influencia comunista. Nunca antes habían existido dos Coreas. Poco tiempo duró la paz, ya que en 1950 Corea del Norte invadió a Corea del Sur. En pocos días conquistaron Seúl y casi llegaron conquistar el país entero. Con ayuda de Naciones Unidas, Corea del Sur pudo aguantar y en 1953 firmaron ambos países la paz. Se propuso una frontera a la altura del paralelo 38 con a 2 kilómetros de ambos lados de la frontera una zona desmilitarizada. A día de hoy siguen habiendo tensiones y provocaciones por ambos países.

La primera parada fue un puente colgante sobre el valle. Curioso fue que llegando al puente ya vimos los primeros militares y hasta un tanque. Se nota que están preparado por si ocurre algo. Nos bajamos del autobús y tardé unos 10 minutos para subir la pequeña montaña. Arriba ya pude ver el puente y me hice unas fotos. Pasé andando y daba algo de respeto ya que el puente se movía bastante. Las vistas si que fueron preciosas, ya que hacía también un muy buen día. No llegué ni al final del puente y me di la vuelta. Estaba notando algo de mareos y no quería estropearme el resto del día. Ya en tierra firme, subí a un mirador y ahí me quedé un rato disfrutando de las vistas.

Volvimos al autobús para visitar la zona del puente de la libertad. Sobre este puente volvieron muchos prisioneros puestos en libertad a Corea del Sur. Hoy en día ya está completamente cerrado. También hay un monumento donde cada año la gente se reúnen para recordar los familiares que no pudieron escapar de Corea del Norte. Visité un pequeño museo y también un tren que estaba lleno de agujeros de balas tras ser destrozado en la guerra civil. Al lado, un monumento en honor al programa de televisión “en busca de las familias dispersadas”, que fue transmitido en el 1983 durante 454 horas por 138 días para intentar reunir las familias. Tras la guerra civil, la nueva frontera separó muchas familias.

Salimos de allí y ya sí entramos la zona desmilitarizada. En el autobús se montaron varios militares para comprobar uno por uno la identidad de cada uno. Moverse fuera de la zonas permitidas puede resultar en muerte por una mina. Hace unos días, murieron unas personas de Corea del Norte a explotar unas minas. Fuimos a visitar el tercer túnel que fue encontrado por los Coreanos del Sur. Después de la guerra civil, Corea del Norte ha estado construyendo varios túneles dirección a la capital de Seúl. A día de hoy se han encontrado cuatro túneles, pero pueden haber muchos más. La función de esos túneles: un posible ataque sorpresa de Corea del Norte a Corea del Sur. Este túnel fue encontrado con ayuda de un hombre que se escapó de Corea del Norte. Está a 70 metros de profundidad y tiene varios kilómetros de longitud. Teníamos que dejar todas nuestras cosas en la taquilla, incluido el móvil ya que no se podían hacer fotos o vídeos. La razón de esto no lo sé. Había una buena pendiente hacia abajo y después pudimos andar hasta el final del túnel. Por el camino conocí a una chavala de mi tour, Rania. Empezamos a hablar y así la subida por la pendiente se hizo más leve. Me pareció increíble lo que habían construido abajo tierra.

Tras eso nos fuimos a visitar lo que más ganas tenías de ver: el mirador. Tras una pequeña explicación, subimos arriba y allí habían varios prismáticos para ver Corea del Norte. Lo primero que fui a mirar fue la torre con la bandera de Corea del Norte. Es más alta que la torre en el lado de Corea del Sur, ya que Corea del Norte hacía la torre cada vez más alta hasta que se hartó Corea del Sur de competir por algo así. Pude ver la DMZ y los múltiples edificios de vigilancia por ambos lados. Hay un pequeño pueblo que está “bien”, pero es simplemente una ciudad falsa y vacía para demonstrar al exterior que no se está tan mal en Corea del Norte. Un poco más lejos sí pude ver un pueblo y vi hasta personas andando por la carretera. Era difícil de imaginar que a menos de un kilómetro estaba la frontera con Corea del Norte, un país completamente aislado del exterior y aquí estaba yo viendo a varias personas por los prismáticos. Pude hacer varias fotos con ayuda del prismático y tras eso ya terminó el tour. De nuevo se montaron varios militares en el autobús para comprobar nuestra identidad y ya volvimos a Seúl.

Descansé un rato en el hostal y ahí me di cuenta que me había olvidado de pedirle el Instagram a Rania. Vi que teníamos un grupo de WhatsApp por el tour y encontré su número. Le hablé y quedamos con dos personas más para cenar. Los tres son vegetarianos con que fuimos a un restaurante con esa opción. Estuvimos charlando y tuvimos una cena agradable. Tras la cena se fue uno y nos quedamos los tres dando una vuelta por el centro, ya que había ambiente. Fuimos a comernos un postre, ya que vimos que tenía bastante fama por aquí. Nos pedimos dos postres para los tres pero ni nos los podíamos terminar de lo grande que eran. Dimos una vuelta más y tras eso se recogieron las dos chavalas. Yo tenía ganas de marcha todavía y pensé en irme a tomar una cerveza en cualquier bar. Al final decidí irme al hostal para ver si había allí gente que tenían ganas de tomar una copa.

Al llegar al hostal habían tres personas en la puerta y les dije si iban a tomar algo. Me dijeron que primero iban a comer y después a salir a un bar. Me junté con ellos tres: Ilona, Adi y Billy. Los acompañé al restaurante donde solo me tomé una cerveza mientras que algunos cenaban. Tras eso nos fuimos a un club donde conocimos también a tres chavalas alemanas y una chilena: Julia, Meli, Lara y Josefa. Entre todos nos llevamos toda la noche bebiendo y bailando. A las 05:00 de la mañana nos fuimos de vuelta al hostal y le dije a Ilona que me iba a levantar a las 10:00 de la mañana para aprovechar el día.

El siguiente día, 21 de junio, me levanté a las 13:30 de la tarde. Ilona me vio levantarme y se rio de mí tras mi promesa incumplida. Me gusta la fiesta, pero no soy ya un veinteañero como los otros. Necesito más tiempo de recuperación y pensé que esta noche me lo iba a tomar con más calma. Al final me quedé un rato más en la cama y no salí del hostal hasta las 15:30. Me fui a visitar el palacio de Changgyeonggung. Es parecido al palacio de Gyeongbokgung y también hay un terreno grande para explorar. Entré y estuve explorando durante dos horas y haciendo algunas fotos. Un poco cansado todavía del día de ayer, me volví al hostal para estar un rato tranquilo.



Iba a quedar de nuevo con todos del grupo de ayer. Quedaron sobre las 20:00 para ver un espectáculo en un puente, pero yo les esperé más tarde en el restaurante. Allí hicimos una barbacoa coreana donde nosotros mismos nos hacíamos sobre la parilla la carne de cerdo y ternera. Intenté también que se juntará con nosotros Rania, pero al final ella ya había comido. Tras cenar, nos fuimos de nuevo al club de ayer. Pensé en quedarme un ratito, pero al final había mucha más gente que ayer y había un buen ambiente. De nuevo nos recogimos a las 05:00 de la mañana. Otra gente me lo dijeron y lo confirmo: los coreanos sí saben montar una fiesta.
