La alarma me sonó a las 5:00. Una ducha rápida y bajé a recepción. Allí me dieron un paquete de desayuno para llevarme y el minibus llegó sorprendentemente a su hora. Ya habían alguna gente más mayor en el minibus y tuvimos una conversación entre todos mientras que llegábamos al hostal para recoger a Lina y Sven. Tras eso, nos fuimos al río para montarnos en un barco para cruzar el Nilo a la parte oeste. Nos tenían preparado un té y un dulce en el barco y también aproveché para comerme el desayuno que llevaba. El sol ya había amanecido y tampoco hacía mucho frío. Llevaba una camiseta y pantalón corto pero me abrigué con el jersey. Al cruzar el río nos montamos en otro minibus y nos llevaron al punto de salida de los globos aerostáticos. Se nota que es uno de los sitios más barato en el mundo para hacerlo, ya que habían muchísima gente y globos. Me lo estuve pensando si hacerlo o no, pero por el precio que me ofrecieron (40 euros) no pude dejar escapara esta ocasión única. Había leído que las vistas eran espectaculares con el río Nilo y el valle de los reyes y reinas. Y la verdad que no defraudó.
Tras una pequeña explicación de seguridad y ver como llenaban el globo de aire, nos montamos un total de 12 personas más o menos en la cesta. Por suerte me tocó un sitio en una de las esquinas y tuve la oportunidad de hacer muchas fotos. Era una experiencia extraña, me esperaba mucho más movimiento y estaba nervioso por si me iba dar vértigo, pero nada de eso. Daba paz estar arriba en el aire sin escuchar nada y parecía que estábamos flotando. Dejé de tomar fotos y simplemente disfruté del momento viendo el paisaje, dándome el sol en la cara y el silencio de la mañana.
Tras volar 45 minutos aterrizamos en medio del desierto, ya que el viento nos llevó hasta allí. Rápidamente se acercaron coches y furgonetas para ayudarnos a aterrizar y como premio nos dieron a todos un certificado de haber volado en un globo aerostático. Otro título para el currículum.
Tenía preparado a las 8:30 un tour con guía por la parte oeste de Luxor para ver el valle de los reyes con las tumbas de los faraones y varios templos. Pero al final nos llevaron de vuelta al hostal ya que era todavía muy temprano. En el hostal me refresqué, tomé un té y tras una corta espera nos recogió de nuevo un minibus con la guía. De nuevo había que hacer toda la ruta: minibus – barco – minibus. Pero bueno, por fin iba a ver el famoso valle de Luxor.
Primera parada fue el valle de los reyes. En este valle se han encontrado más de 800 tumbas (y las que pueden quedar por descubrir todavía) del tiempo de los faraones. Famoso el templo de Tutankamón que fue encontrado sobre 1920 en perfectas condiciones con el famoso faraón momificado en su tumba. Los egipcios eligieron este valle para enterar a sus faraones ya que las montañas de valle parecían pirámides, una forma religiosa para ellos. El valle también esta en la parte oeste de Luxor donde baja el sol y la oscuridad les llevaba al cielo o al infierno, dependiendo del único órgano que se dejaba en el cuerpo en el proceso de momificación: el corazón. Un corazón ligero iba a cielo y un corazón pesado iba al infierno. El estado físico ya era muy importante en aquel entonces.
Con la entrada general podía coger entre 8 tumbas y elegí las de Ramses IV, Ramses IX y Merenptah, que fueron recomendadas por la guía. También me compré una entrada extra para ver la tumba de Ramses V y Ramses VI. Las cuatro tumbas eran espectaculares. Unas bajadas con decoraciones por las paredes y al final de los túneles las tumbas de cada faraón. Las tumbas están ahora vacías ya que las momias están en el museo de Cairo. La más impresionante para mi fue la tumba de Ramses V y Ramses VI, ya que tenía todavía unos colores de amarillo y naranja muy vivos. Parecía que por aquí no había pasado el tiempo. Y ojo, estos dos faraones eran del año 1100 antes de Cristo. ¡Hace más de 3000 años!
Tras varias horas en el valle nos llevaron al próximo destino. No era un monumento ni nada de eso, fue una tienda de alabastro. No podía faltar por supuesto la comisión para la organización, pero por 10 euro por la ruta y guía lo pude aceptar. Si nos llevamos media hora allí, pero finalmente nos pudimos ir al templo de Hatshepsut. Un templo único ya que en su forma es muy diferente: muy ancho y con tres plantas escalonadas. Las vistas desde el templo eran muy bonitas. El interior no tenía mucho que ofrecer, pero de todos modos a mi lo que me encanta son las vistas y en eso no defraudó.
Después de eso nos fuimos al próximo templo, el templo de Habu. Parecía que habían dejado este templo para lo último porque era más bonito todavía. Una gran fachada, muchas estatuas, columnas y decoraciones y todo bastante bien conservado. Es un honor poder andar por estas maravillas, pero ya estaba llegando a un punto que todo empezaba a parecerse lo mismo. Estaba llegando a mi límite de templos, tumbas, estatuas, columnas, obeliscos y jeroglíficos. Me sentía mal por ya no entrar en un lugar nuevo con las mismas ganas que el primer día, pero me imagino que es normal tras una semana de hacer el turista por Egipto sin parar.
Tras terminar la ruta, me fui a comer con Sven y Lina. Después de eso me volví al hostal para estar de relax la tarde. Lavé alguna ropa a mano y la colgué para que se secará. Me fui a la sala común para estar ahí tranquilo y escuchar algo de música. Había mucha gente allí del cual varias habían ido también a la ruta de por la mañana. Empezamos a hablar y poco a poco se unieron más gente hasta que éramos un grupo de unas 10 personas. Al final nos quedamos ahí toda la tarde/noche charlando y tomando unas cervecitas. Mira que no quería tomar alcohol en el viaje, pero es complicado no tomarme una fresquita después de un día largo. Sven y Lina me preguntaron si tenía ganas de salir pero yo estaba muy a gusto en la sala común y al final ellos se unieron también en mi hostal.
Conocí gente interesante: había una chavala italiana que vive en Londres, pero se quería mudar con el novio a España y estuvimos hablando de la vida en España. Había también una pareja de Brasil compartiendo sus anécdotas de la vida allí. Con los que más hablé fue una pareja: él de un pueblo de Castilla la Mancha y ella Irlandesa y ambos viviendo en Londres. Estuvimos hablando y ella, que se le veía una chica creativa y artística, me preguntó tras hablar de horóscopos que como me definiría yo mismo de carácter. Esa pregunta me hizo pensar y la verdad que me costó trabajo contestar. Mi primera respuesta fue que soy tímido y en grupos me gusta primero escuchar y después participar. Pero ella no estaba conforme con esa respuesta ya que era una respuesta sólo aplicable para situaciones sociales. ¿Cómo definiría yo mi carácter? Al final contesté que me consideraba una persona normal, estar con su familia y su trabajo y disfrutar de los momentos de la vida. A la chica le gustó esa respuesta, pero a mi me sigue dando vueltas esa pregunta en la cabeza. Es por eso también este viaje, quiero conocerme y poder contestar preguntas como esa sin ninguna duda sobre quien soy.
La noche siguió y viendo las estrellas en el cielo nos despedimos todos y para la cama.