Este era mi quinto día en México. Los últimos cuatro días había hecho una media de 25.000 pasos por día y la verdad que estaba bastante cansado. También estaba todavía con un poco de “jetlag” al despertarme temprano sobre las seis o siete de la mañana. Hoy no tenía un plan en concreto y me tomé la mañana con calma. Me fui a una panadería que vi ayer y que tenía buena pinta. Curioso al llamarse también panadería Madrid. Compré varias cosas y con eso desayuné. Durante la tarde estuve preparando los próximos días y comprando tickets para el autobús y contratando el hostal.

A media tarde salí de nuevo para dar una vuelta por la ciudad. Matro me contó que hoy el museo de las Bellas Artes era gratis y decidí de ir también. No soy mucho de museos, pero ya que era gratis le di una oportunidad. Habían muchos pinturas murales lo cual estaban bonitos, pero me gustó más el edificio por dentro.

Estuve una media hora ahí y tras eso me fui andando a la plaza Garibaldi. Esta plaza es el hogar de la música mariachi. Me senté en un bar para tomarme una cerveza y ahí estuve viendo los mariachis cantando. Hacía una temperatura agradable y estaba a gusto viendo la gente y escuchando la música. En ese momento me daba cuenta que estaba sentado en una silla al otro lado del mundo. Hace medio año estaba en otra parte del mundo y ahora estaba aquí descubriendo una nueva parte del mundo.

Ya haciéndose de noche, me volví andando al centro para buscar un sitio para cenar. Tras comer me volví al hostal para recogerme. No tenía más ganas de explorar y simplemente quería estar de relax. Con una película terminé la noche.
