Me cuesta trabajo pronunciar esta ciudad – Oaxaca (México)
Me cuesta trabajo pronunciar esta ciudad – Oaxaca (México)

Me cuesta trabajo pronunciar esta ciudad – Oaxaca (México)

Día 1 de febrero, nuevo mes y nueva ciudad. A las 12:00 hice el check-out del hostal en Puebla y tras pasar por el supermercado, cogí el autobús hacia la estación. Allí cogí el bus para que me llevará a mi nuevo destino: Oaxaca. Todo este tiempo lo he pronunciado mal, ya que lo estaba pronunciando como “Osaka”, pero se dice como “Huajaca”. El autobús tardó unas 6 horas y durante el camino estuve durmiendo y mirando por la ventana disfrutando de los paisajes.

Llegué a Oaxaca ya siendo de noche, algo que no me gusta para llegar a un sitio nuevo. Tenía que andar unos 15 minutos al hostal y pensé en coger un Uber, pero decidí ir andando ya que no era tan lejos. El ambiente era diferente a Puebla y de primeras no me estaba gustando mucho la ciudad. Llegué al hostal y dejé mis cosas en la taquilla. Salí afuera para buscar algo de comer y tras eso me volví al hostal para acostarme.

El siguiente día, 2 de febrero, me quedé todo el día de relax en el hostal. Salí solo para comprar algo de comida y bebida, pero lo que tenía ganas es de no estar de turista por un día. Al final me hice un maratón de “La isla de las tentaciones”. Mucho más no hice ese día, pero por la mañana tuve un mensaje que no me esperaba. Me había escrito por WhatsApp Justyna, que conocí el año pasado en Laos. Fue una mujer que desde que nos conocimos me llamó mucho la atención y era diferente a otras mujeres que había conocido: muy femenina. Tras Laos, seguimos varios meses hablándonos por WhatsApp hasta que la cosa se enfrió y no volvimos a hablar más. Tampoco terminamos de la mejor forma, ya que al final éramos diferentes enciertos valores. Por eso nunca me esperaba que me volviera hablar. Estuvimos hablando un buen rato y compartiendo sobre nuestras vidas en estos últimos meses.

El siguiente día, 3 de febrero, tenía planeado de explorar el centro histórico de Oaxaca. Pensé en hacer un free tour, pero tampoco me apetecía. Di una vuelta y me fui al mercado para almorzar allí. Encontré un sitio tradicional que estaba lleno de gente y encontré un sitio para sentarme. No sabía muy bien que pedir, pero al ver los platos que le trajeron a una pareja sentado al lado mía, me pedí un tlayuda de pollo. Fue un plato gigante el cual me costó trabajo de terminar. Tuve un agradable almuerzo, ya que estuve también hablando con la pareja de al lado que eran de Puebla. También hubo una pareja mayor de Guadalajara y un chaval de la ciudad de México. Con el estomago lleno, salí del mercado y tenía ganas de un postre. Siempre queda un pequeño hueco en el estomago para el postre. Me compré un helado y volví al hostal para ponerme a escribir. También me puse a planear los próximos días.

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