A las 07:00 nos dijo el dueño del hostal que nos tendría preparados los desayunos que habíamos pedido ayer. Ahí estábamos todos esperando a las 07:00, pero hasta las 07:45 no nos dio los desayunos. Todos queríamos llegar lo antes posible al barco, que saldría a las 09:00. Los que llegan antes pueden coger por supuesto los mejores sitios en el barco. Me comí mi panqueque y pedí el bocadillo para llevar. A las 08:15 nos fuimos andando para el barco y ahí vi que ya se habían montado bastante gente. Me quedé esperando un poco para ver si veía llegar a los alemanes o la pareja inglesa. También estaba esperando que pusieran un segundo barco a nuestra disposición, ya que ayer salimos con dos barcos. Pero la gente del barco decían que hoy solo había un barco, lo cual no entendí ya que éramos demasiado gente para caber en un solo barco. Me salió mal la jugada y me monté en el barco con los ingleses. Atrás del todo dejé la mochila grande, pero la mayoría de asientos ya estaban cogidos. Al final del barco conseguimos unos asientos al aire libre bajo un techo.
A primera vista unos muy buenos sitios para pasar las próximas 7 horas. Miré por el pasillo y vi que habían hasta gente sentados en el suelo del pasillo. Nadie entendía porque no ponían un segundo barco. Tras una espera, al final pusieron otro barco. La gente que querían y podían, se cambiaron de barco. Yo ya me quedé ahí, porque no quería dejar mi mochila grande atrás. Era imposible de cogerla ya que estaba debajo de una montaña de mochilas.
Salimos con el barco y ahí me di cuenta que el sitio que tenía era fatal. Primero, el motor lo teníamos cerca y casi no pude hablar con los ingleses por el jaleo. Segundo, los fumadores venían aquí para fumar ya que estaba al aire libre. Durante 3 horas aguanté el humo de los cigarros y el jaleo del motor. A pesar de eso, me quedé dormido durante esas horas. Tras despertarme, no aguantaba más estar ahí ya que me empezaban a molestar los oídos. Me fui a la parte delantera del barco para buscar un sitio por ahí. Por el pasillo me encontré a la Irlandesa y juntos nos fuimos para adelante. Allí vimos a los alemanes sentados al aire libre. Tras una corta espera, conseguí un sitio para sentarme.
Allí me llevé el resto del viaje sentado. La diferencia de un lado a otro era bestial. Nada de jaleo del motor ni nada de humo. Tenía hasta sombra y más tarde me senté al sol. Lo mejor por supuesto fueron las vistas navegando por el río. De vez en cuando hacíamos una pequeña parada para recoger alguna gente local y nos rodeaban de sacos de mercancía. Teníamos hasta dos gallinas en una pequeña jaula sentados con nosotros.
Durante esas 4 horas estuve hablando con los alemanes y conocí también otra alemana más. Ella se llama Mia y al final me llevé todo el tramo final charlando con ella. Tuve muy buen rollo con ella y es un encanto de persona. Tiene una risa muy peculiar, que cada vez que se ríe, parece que todo el barco se entera.
A las 17:00 de la tarde llegamos a nuestro destino, Luang Prabang. Allí cogimos entre todos los tuk tuks para que nos llevaran al centro de la ciudad. Por el camino nos pusimos a jugar con los motoristas que nos rodeaban. Un motorista nos dio un manojo de rábanos y algunos del grupo se los comieron. El resto nos lo pusimos a regalar a los motoristas que nos pasaban. Cada vez que un motorista cogiera un rábano nuestro, le dábamos un fuerte aplauso. Llegamos al centro de la ciudad y nos despedimos. Me fui andando a mi hostal que estaba a pocos minutos. Una ducha rápida y salí a cenar. Había quedado con Mia y con ella me fui primero a comprar una tarjeta sim de Laos. Tras eso nos fuimos al mercado de comida callejero. Estaba lleno de puestos y había muchísima gente lo cual dificultaba encontrar una mesa. Pedimos comida y conseguimos una mesa. Allí estuvimos charlando y tras un rato vimos también a Mickey, el cual yo había conocido el día anterior pasando la aduana. Los tres nos fuimos a un bar a tomar una cerveza. Desafortunadamente, el bar cerró rápido y teníamos ganas de seguir. Habíamos escuchado que por aquí se estila mucho a jugar los bolos. Paramos a un tuk tuk y nos llevó a la sala de bolos. Yo pensaba que estaría lleno de gente local, pero al final estaba lleno de turistas y muchas caras conocidas de los dos días de barco. Vimos la pareja de Irlanda y conocimos también otra pareja de Irlanda. Entre los 7 estuvimos esperando un rato para que quedará libre una pista de bolos. Mientras tanto, intentamos el tiro con arco. Las primeras tiradas fueron fatales, pero ya las últimas bastante buenas. Tras eso ya pudimos jugar a los bolos. Allí nos llevamos jugando hasta las 02:00 que cerraban. Yo quedé por el medio del grupo, ni el mejor ni el peor. Pasamos un muy buen rato y nos volvimos todos en tuk tuk al centro. Nos despedimos y me fui al hostal para dormir.
