Quedándome sin un “¿Y si?” – Puebla (México)
Quedándome sin un “¿Y si?” – Puebla (México)

Quedándome sin un “¿Y si?” – Puebla (México)

No puse alarma tras el día de ayer. Me levanté sobre las 10:00 de la mañana y escribí a Alexandra por si quería acompañarme a desayunar. Quería pasar más tiempo con ella para seguir conocerla, pero ella todavía seguía en la cama. Yo al final, me quedé de nuevo dormido y me desperté casi a las 12:00. Quedé con ella para almorzar y se unieron con nosotros Arne y Tijn. Fuimos a un restaurante y yo me pedí una ensalada. Tenía ganas de comer algo sano y diferente a la comida mexicana. Tras almorzar, nos fuimos a visitar la casa de los hermanos Serdán. Ahora es un museo y explica la vida de estos hermanos.

La Casa de los Serdán fue el lugar donde los hermanos almacenaron armas y organizaron la resistencia contra las fuerzas del gobierno de Porfirio Díaz. En noviembre de 1910, después de que Francisco I. Madero lanzó el Plan de San Luis Potosí para llamar a la insurrección en contra de la dictadura porfirista, Aquiles Serdán y sus seguidores decidieron unirse a la lucha. El 18 de noviembre de 1910, el levantamiento armado comenzó en la casa de los Serdán, cuando las fuerzas federales intentaron detener a Aquiles y a sus compañeros revolucionarios que se habían apostado en el lugar. Durante el asalto, Aquiles Serdán fue abatido y murió en la casa. Carmen y Máximo (los otros dos hermanos), junto con otros combatientes, fueron capturados o forzados a huir. Carmen logró escapar, pero la represión fue brutal. Este evento marcó el inicio de la Revolución Mexicana en Puebla, y se convirtió en uno de los primeros focos de resistencia contra el régimen de Porfirio Díaz.

Los hermanos Serdán son considerados héroes nacionales en la historia de México y su casa es un testimonio de la valentía de aquellos que lucharon contra la dictadura porfirista. A día de hoy se ve todavía muchos agujeros de balas en la fachada de la casa. En algunas habitaciones por dentro también se pueden ver esos agujeros. Me gusto poder pisar esa casa y poder estar presente en un sitio con una historia tan importante para México.

Tras el museo, me volví al hostal para escribir un rato. Llevaba ya varios días sin escribir y tenía ganas de hablar sobre mis experiencias en estos últimos días. Estuve ahí varias horas escribiendo y mientras tanto pensé también en Alexandra. Me había llamado mucho la atención y me parece una chica interesante que decidí de pedirle una cita para ir a cenar juntos esta noche. Le escribí, ya que ella estaba durmiendo la siesta. Al rato me contestó, pero me dijo que prefería seguir como amigos. Por supuesto, no fue la respuesta que estaba buscando pero así tampoco me iba a quedar con la duda posteriormente. En este viaje no quiero quedarme con la pregunta “y si?”. Llevo varios años soltero y la verdad que tengo ganas de conocer de nuevo a alguien para compartir mi vida. Entiendo que es complicado estando viajando, pero ahora estoy con una nueva filosofía: un no me acerca cada vez a mi futura esposa.

Alexandra me dijo de ir con el grupo a cenar de nuevo y fuimos todos a cenar a un sitio típico de Puebla que había recomendado yo. Nos hartamos de comer y tras eso nos fuimos a un bar. Alexandra se fue para el hostal y me despedí de ella, ya que mañana seguiría mi camino a otra ciudad. Yo me quedé con Arne, Tijs y una chavala de Francia charlando y tomándome unas cervezas. El sitio fue curioso, ya que parecía en toda regla un bar de copas, pero al lado nuestra estaban haciendo tacos mientras tanto. Ya tarde, nos recogimos y me fui a dormir. Mañana toca irme de Puebla, la cual me ha encantado. Es una ciudad en la cual me podría quedar más tiempo, pero quiero seguir explorando México.

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