Hoy tocaba despedirme de Koh Phi Phi. Una isla preciosa. Tras levantarme y recoger mis cosas, hice el check-out. Dejé la mochila en el hostal y me fui a desayunar. Los días anteriores había visto un buen sitio para desayunar pero todavía no había ido. Hoy me acerqué ahí y me senté. Tenían muchas opciones para el desayuno y al final me pedí un té, un zumo, dos tostadas con dos huevos fritos y una variedad de frutas que ni se nombrar. Volví al hostal para dejar mis cosas en la taquilla y me fui a la playa de enfrente. Me puse delante del bar donde había pasado las últimas noches. La música ya estaba sonando y bajo la sombra del árbol me senté a disfrutar. Hubo hasta un momento que se me pusieron los pelos de punta por la combinación de la música, la temperatura y las vistas de la costa de Koh Phi Phi. Me encantó ese momento y pensé que hacia mucho tiempo que no había estado tan tranquilo y sin preocupaciones en la cabeza. Dos canciones después salió la canción de ‘Enrique Iglesias – Hero’. Esa canción tiene un significado diferente para mi. En ese momento se me cayeron unas lagrimas por la cara, ocultadas por las gafas de sol. La razón: esta canción sonó en el coche policía mientras que íbamos al hospital tras escuchar que mi padre había fallecido. Me encantaba la canción y la podía escuchar una vez tras otra, pero desde ese día cambió la canción para mi.
Aunque estuviera en la sombra hacía mucha calor y de vez en cuando me tenía que meter en el agua para refrescarme. Entre los barcos me metía en el agua para un chapuzón rápido. Sobre las 14:30 me metí en el hostal y los del hostal ya me habían dicho que me podía duchar tranquilamente aunque hubiera hecho el check-out ya. Me duché y me marché al puerto para coger el ferry a Ao Nang. Tras buscar el ferry correcto, me monté y empezó a llover. Tras unos minutos nos dijeron que nos íbamos a cambiar a un ferry mas grande para tener menos molestias del mal tiempo en el mar. Nos cambiamos de ferry y con media hora de retraso salimos para Ao Nang. Durante la ruta me puse a escribir y eché una cabezada.
El ferry llegó a Krabi y desde ahí nos esperaba un minibus para llevarnos a Ao Nang. Tras algo de confusión, nos montamos la gente que iban a Ao Nang y el chófer nos dejó cada uno en nuestro hostal. En el hostal me puse a mirar que hacer los próximos días por Ao Nang.
Por la noche salí a cenar. Me puse andar por la calle principal y allí vi de nuevo un food court. Pedí un zumo natural de mango y unos noodles con pollo. Tras eso me fui andar por las calles y pregunté en varios sitios precios de tours. Los precios no me convencían y volví al hostal para ver que precio daban ellos. Efectivamente, el hostal me dio un precio mucho más barato. Encargué el tour con el hostal para mañana y salí de nuevo a la calle para andar por el pueblo y el paseo marítimo.
Tras andar suficiente, me pedí un crepe tailandés con plátano y crema de cacahuete como mi postre. Andando hacia el hostal me lo comí y me fui a dormir. ¡Hasta mañana!